𝐌𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫

Do not leave Me.

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Verano, estaban en la época en donde las flores se abrían para mostrarse cautelosas y presumir la belleza natural que estas heredaban que parecían ser de otro mundo. El calor era evidente por todas partes y podías escuchar a medio pueblo quejarse de aquello.

Dentro de ese pueblo se encontraba un joven chico de un aspecto bastante atractivo, resaltaba a donde fuera, sus pestañas largas que se desplazaban suavemente cuando él hacia algún movimiento con sus parpados, sus ojos que combinaban a la perfección con el color de su pelo, daba la sensación como si de una cielo oscuro pero hermoso se tratase, su tez blanca que parecía tan tentadora e inocente a la vez, en cierto punto incluso podría decirse que parecía una muñeca de porcelana. 

Pero era una muñeca de porcelana abandonada. 

Megumi Fushiguro, era el nombre de aquel joven. 

En aquel pueblo el chico era conocido, ya sea por los rumores encantadores o abrumadores que se decía de él. 

En realidad, ninguna persona conocía completamente a Megumi Fushiguro, nadie conocía el como realmente era aquella muñeca de porcelana que robaba miradas en donde se encontrara. 

Parecía ser así, pero había una excepción, un chico, el cual también era bastante conocido por su brillante aspecto físico. 

Satoru Gojo. 

Las dos personas mas llamativas de aquel pueblo eran cercanas, para ser sinceros ellos llevaban años conociéndose y era claro que ambos individuos incluso vivían uno al lado del otro.

Con frecuencia, las personas que los rodeaban siempre veían a aquel albino burlarse o molestar al menor, pero parecía que Megumi ya estaba bastante acostumbrado a aquello, pues ambos se conocían por más de 5 años, parecían inseparables. Pero la verdad era que...

Satoru Gojo tenia un crush con Megumi. 

Y Megumi Fushiguro no se daba cuenta de nada.

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-Megumi~ -El albino seguía llamando al joven desde el tapete de la cómoda habitación para reclamar la atención que según él, se merecía. 

-Basta, tengo que terminar de estudiar esto. -Señalo la pila de papeles que se encontraban sobre su escritorio, estaba comenzando a hartarse, puesto que Gojo desde que llego no hizo más que distraerlo de sus estudios. 

El silencio reino por fin un par de minutos, que para Gojo fueron una eternidad, aquel chico era hiperactivo, no podía estarse quieto durante tanto tiempo. 

Se había hartado, decidió comenzar un tema distinto, ¿era el momento indicado para preguntarle aquello que lo tenia disgustado? ¿sonaría extraño?

-¿Por qué no me dijiste que tenias más amigos aparte de mi y ese tal Kamo? -Aquella pregunta fue un tanto inesperada y fuera de lo usual para el contrario.

-¿De qué hablas? 

-Me contaron por ahí que... -El mayor se levanto del piso, y decidió acortar la distancia que había entre ambos, poniendo su cara frente  a la de aquel chico. - hay alguien, con quien has estado estos últimos días.