Tsukishima había tenido un día del asco en el instituto, se había olvidado que tenía una presentación y además que había dejado el almuerzo en casa, sin contar que estuvo todo el entrenamiento completamente solo y soportando los estúpidos comentarios de algunos de sus sempais y del dúo de idiotas.
Yamaguchi había faltado aquel día porque el día anterior se había dirigido a su casa sin paraguas bajo una lluvia torrencial, el muy tonto había pensado que si llegaba a casa todo empapado y se secaba rápidamente nada malo sucedería; terminó con casi cuarenta grados de fiebre y con dolores horribles de garganta junto a su nariz congestionada. Pasó casi todo el día durmiendo, mandaba ocasionalmente mensajes tanto a su madre como a Tsukki de su estado, peor a cada momento.
Kei caminaba con rapidez hasta la casa del pecoso pero antes había pasado a comprar un pedazo de pastel de fresa —que seguramente él solo lo comería porque Tadashi prefería las cosas saladas que dulces— y rezo a casi todos los dioses que conocía para que su pareja le abriera la puerta o tendría que entrar por la ventana... Y no quería subirse al árbol, amaba demasiado a Tadashi pero no tanto como para subir a un árbol y que existan probabilidades de caerse y morir; si lo amaba pero preferiría vivir y tener más recuerdos felices a su lado.
Habían muchos charcos por las calles y el viento era bastante fresco hasta podía sentir sus huesos congelarse, apuro el paso hasta tener enfrente la casa de su pareja y antes de tocar el timbre había decidido mandarle un mensaje no importaba si lo leía o no, servía para que Yamaguchi despertara —si es que estaba durmiendo— y no tener que estar tocando repetidas veces el timbre. Esperó con paciencia hasta que sintió como el seguro de la puerta era sacado.
Tadashi había estado durmiendo tranquilamente cuando su móvil comenzó a sonar, había puesto una canción especial para los mensajes y no sonaban con el típico pajarito; Guchi sabe que al no ver o leer los mensajes esa canción seguiría reproduciéndose sin parar hasta ser visto. Algo molesto toma su móvil entre sus manos para ver quién era la desagradable persona que le hablaba justo cuando se sentía mal, pero ahora se sentía mal por pensar que su pareja era desagradable.
Con pereza y con una manta cubriendo su espalda, Tadashi baja la escalera con lentitud para poder abrir la puerta y no dejar a su lindo Tsukki esperando afuera con el fuerte frío azotando Japón.
Kei miro la carita roja y algo sudado por culpa de la fuerte fiebre, poco le importa que talvez mañana él sea el siguiente en enfermarse, pero realmente necesitaba a su pareja. Tadashi lo dejo entrar y el rubio dejó rápidamente el pastel en la mesa y tomó entre sus brazos al estilo princesa al peli verde.
— ¡Tsukki! Bájame ahora. — ordenó molesto el pecoso, era vergonzoso incluso si no había nadie más en la casa que los pudiera ver, pero Tsukishima lo había tomado de improvisto y además demasiado brusco.
— Estas enfermo y no puedes estar tanto tiempo de aquí para allá.
— Estoy enfermo, pero no tengo nada a los huesos... Tsukki bájame.
Esos fueron los diálogos hasta llegar al segundo piso para ir a la habitación del peli verde.
Tsukishima dejó a Tadashi sobre la cama con delicadeza, y Tadashi aprovecho para poder besar los finos labios del rubio al separarse se sonrieron con el brillo de amor en los ojos de ambos.
Kei se acostó al lado de su pareja y se cubrieron por las gruesas mantas; y sin esperar más, abrazo el cálido cuerpo de Tadashi. Mientras que Guchi acariciaba con cariño el cabello su preciado Tsukki.
— ¿Qué sucede, cariño?
Kei se quedó en silencio aspirando el aroma de Tadashi y susurro con un suspiro entre medio — Nada... Te extrañe.
Todo era cálido y tranquilo, solo Tadashi podía hacer eso con él... Era amor o era la fiebre de su pareja, tal vez un poco de ambos. Olvidó por completo el molestar y los malos pensamientos —también el instinto asesino hacia sus compañeros de equipo—. Cerró los ojos y el sueño le terminó ganando, Tadashi se hizo cargo de retirarle los lentes y lo acuno entre sus brazos para descansar.
Ambos pasaron la tarde durmiendo y no fue sorpresa cuando al día siguiente Kei despertara afiebrado con toz seca. Ahora turno de Tadashi ir a visitarlo y dormir abrazado al cuerpo tibio de su pareja, después de todo, al pecoso no le gusta estar solo en el instituto pero antes de ir a la casa de su amado Tsukki pasaría a comprar otro trozo de pastel porque el otro había sido devorado por su madre.
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¡Holi! volví con otro one-shot.
Esta es mi señal de vida jajaajja espérenme que tengo otras historias más.
Perdón por las faltas ortográficas.
Bye bye.

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Un Mal Día // TsukkiYama
FanfictionTsukishima tuvo un mal día en el instituto. one-shot cortito tsukkiyama.