Había pasado un día desde que Louis se había topado con esos dos orbes verdes. No sabía quien era ese chico, pero no se lo podía quitar de la cabeza. Esa tarde volvería a ese sitio en las afueras para volver a verlo. Quería verlo, no, necesitaba verlo otra vez. No sabía nada de ese chico sólo que no era de la ciudad.
Era un día como los otros en Castle Combe, Louis se había levantado más pronto de lo normal. Era verano, no tenía nada que hacer más que ayudar a su madre y salir con sus amigos a jugar "fútbol". Sí, "fútbol" porque realmente no jugaban. Solo jugaban unos 15 minutos ya que de inmediato las chicas del pueblo ya estaban allí tirando piropos y los chicos siguiéndoles el rollo, coqueteando. Louis realmente odiaba eso, ¿Por qué no podían controlar su jodidas hormonas de una vez por todas?. Louis no les entendía, no entendía que se encontraban unos a otros. Las chicas no tenían nada de especial, eran como todas, aburridas, que sí, tenían pechos y culo pero nada más, sólo eso, físico. Y después estaban los chicos. Unos cavernícolas que usaban la palabras gay, homosexual, lesbiana, etc. como insulto. Para ellos todo lo que envolvía la comunidad LGTBIQ+ eran insultos, en fin unos gilipollas, y para colmo, las mujeres para ellos eran unos objetos, sólo las querían por su físico y les silbaban como si fueran y perros, y las trataban como juguetes, y a ellas les daba igual y les gustaba, les gustaba que las tratasen como si no importasen. Y no, Louis no tenía ninguna duda, odiaba la gente de su pueblo, odiaba tener que fingir una sonrisa, odiaba tener que ser amable con todos para no ser odiado. Odiaba todo lo que envolvía a su pueblo, pero no a su pueblo. Su pequeño pueblo, dónde estaba su familia, la gente que quería y todas sus memorias. No podía odiar su pueblo pero si a la gente.
Él realmente no quería salir esa tarde, no quería volver a la rutina de los veranos, incluso prefería ir al instituto, pero lo hizo.
Salió de su casa sobre las 4 de la tarde y se dirigió al campo de fútbol para no encontrar a nadie. Esperó, esperó y esperó. 2 horas esperando y nadie aparecía. Llamó a algunos de sus amigos, no le contestaban. Siguió llamando hasta que le contestaron. Fred, él le contestó.
-¿Louis? ¿Qué pasa bro? - Preguntó Fred, Louis pudo oír el sonido de una multitud de gente.
-¿Qué qué pasa? ¿Estás bromeando o eres tonto?
-Joder Louis tranquilízate de un puta vez, ¿Vale? ¿Qué coño quieres?
-Ugh, lo siento. ¿Dónde estáis? Quedamos a las 4 y son las putas seis.
-Mierda es verdad.
-¿Fred? Que es verdad, ya sabes que odio que me dejéis aparta-
-Mira Louis, te voy a ser sincero.- suspiró- Helen ha hecho un tipo de "vacaciones" en su casa de la ciudad, vamos a estar aquí 1 mes. No te ha invitado y nos pidió a todos que no dijéramos nada y que no te cogiéramos el teléfono. Pero la he cagado. Lo siento Louis pero su casa sus reglas. No puedo hacer nada.
-Vale da igual- dijo Louis suspirando.
-Perfecto ahora no me molestes más que me estoy a punto de follarme a Ingrid.- Y colgó. Idiota.
Fue un alivio para Louis, un mes sin tener que ver a esos estúpidos, pero le dolía, más si era Helen. Fueron mejores amigos desde los 3 años, pero ella cambió y se distanciaron. Perdió a la única amiga que tenía y lo único que podía hacer era fingir que le daba igual. Helen era buena persona, lo fué, pero hizo un cambio drástico. Empezó a insultar a las personas sin sentido, criticarlas por las espaldas y dejarlas en ridículo, y se reía del daño que hacía. Quizá siempre fue mala, pero Louis no creía que las personas fueran malas porque sí o porque nacieron así. Nadie nace malo, siempre hay una causa para la maldad, pero esa causa ya no importaba.
Siete de la tarde, estaba aburrido pero no quería volver, tampoco quería ir por el pueblo. Sabía que si iba por el pueblo acabaría en casa de la abuela de su amigo o que acabaría cogiendo fresas en el huerto de los tíos del padre de su amiga. Siempre era igual en el pueblo. Todos sabían de la existencia de todos, todos se conocían. Así que decidió que iría por un camino que descubrió un día. Un camino desolado, que al final tenía un gran árbol y a pocos metros la última casa del pueblo. Una gran casa, vieja y muy bonita. Según tenía entendido era la casa de la abuela de una mujer que vivía en Londres, y por lo tanto seguramente no conocería a esa mujer.
Camino muy lentamente, observando su alrededor. Amaba la naturaleza. Escuchaba los pájaros, olía las flores, sentía el cálido viento en la cara, escuchaba el eco de sus pisadas en el silencioso bosque, estaba en paz. Louis no solía estar mucho en paz, cuándo no estaba con los ruidosos de sus "amigos" estaba en su casa con sus cuatro hermanas, él las quería mucho pero a veces se pasaban con los gritos. El Sol ya se había puesto y las estrellas se asomaban. Louis aceleró el paso para volver a su casa, y ahí estaba él. Un chico alto y delgado, con las manos grandes y unos rizos achocolatados preciosos. Y sus ojos, unos ojos color esmeralda increíbles, Louis nunca había visto unos tan bonitos. Fueron solamente unos segundos en los que se cruzaron miradas, ya que el otro chico la desvió y aceleró el paso, pero esos segundos bastaron para que Louis se ahogara en esos ojos y que su cerebro se cuestionara mil y una preguntas que no podía responder. ¿Qué le estaba pasando?, no podía quitárselo de la cabeza, por mucho que lo intentará no podía sacar esa imagen de su cabeza y el verde de los prados y árboles del pueblo no ayudaba mucho.
Louis estaba perdiendo la cabeza, no había pasado un simple día y ya quería volver a ver al chico, no se lo podía sacar de la cabeza. Así que se prometió volver ese mismo día para encontrarse de nuevo con esas esmeraldas que tan loco le habían dejado. Porque necesitaba ese contacto visual. Necesitaba volver a sentir como el azul cielo y el verde esmeralda se mezclaban creando una atmósfera perfecta de la que Louis había quedado adicto y que quería volver a entrar para no salir nunca. Porque quería admirar esos ojos toda su vida, quería observar esos orbes toda una eternidad y quería que esas esmeraldas le miraran a él por una vida y la siguiente enteras. Porque quería conocer al chico de cabellera rizada y de ojos adictivos.
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Heyyy! Espero que os haya gustado este cap! Y muchas gracias por leer sunsets!
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Por cierto, Harry ganó un Grammy! Muy orgullosa de él estoy, se lo merece, le quiero demasiado ( pero no tanto como lo hace Lou)
Bye, hasta no se cuando. Love love love xxx - M (me creo Harry ✨sisoy✨)
PD: ya lo dije pero igual lo repito, iré haciendo cambios si veo errores, porqué a veces se pierden cosas al copiar i pegar.
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Sunsets - L.S
RomanceLouis es un joven chico de 16 años vive en Castle Combe, un pequeño pueblo de mala muerte situado al sur de Inglaterra. Harry en cambio es un chico de también 16 años que vive en Londres, y que este año su familia le arrastró hasta Castle Combe par...