Un verdadero titán

Capítulo 6

Un verdadero titán

De SamwRyder

Actualizado el 9 de abril para correcciones menores.

Nota de los autores: ¡Gracias a todos mis patrocinadores! A. Mateddu, J. Zinkan, F. Ebering, T. Arambula, Biktur, R. ChauDavis, Lastmanstanding, V. Morgan Schwarz Zola, Adam. Ustedes son geniales, gracias por su apoyo.

Capítulo 6

Shirou estaba un poco preocupado. Durante todo el camino a casa, Miyu permaneció en silencio. Quería saber; ¡No había forma de que pudiera ayudar si no entendía! ¡Quería agarrarla, arrastrarla de regreso a la escuela y exigir saber qué estaba pasando! Miyu no había sido tan optimista recientemente; no había forma de que dejara que la escuela empeorara las cosas. Aún así, caminó con ella en silencio, apretando suavemente su mano en un movimiento que había visto hacer a muchos padres con sus hijos cuando eran más pequeños.

"Entonces, ¿quieres hablar de eso?" Preguntó Shirou, se estaban moviendo por el camino hacia la casa y sabía que no habría nadie alrededor para escuchar.

Miyu negó con la cabeza y continuó mirando al suelo. Shirou sabía que no había mucho que pudiera hacer hasta que ella lo hiciera.

Cuando llegaron a casa, Miyu extendió su tarea sobre la mesa y su lápiz comenzó a rayar y Shirou se volvió hacia la cena. La nevera estaba casi vacía al igual que los armarios cuando Shirou tuvo un pensamiento.

"Miyu, ¿te gustaría salir a comer?" Preguntó.

Su hermana lo miró tan rápido que Shirou se preocupó de que la chica pudiera haberse dado un latigazo cervical. Por la forma en que parecía darle vueltas a la idea, él empezó a pensar que iba a decir que no cuando asintió. "Me gustaría eso", dijo.

Shirou asintió, "Ve a cambiarte y nos pondremos en marcha".

No pasó mucho tiempo para que los dos se prepararan y cuando salieron y fueron golpeados por el aire helado que descendía hacia el mar, ambos se estremecieron. Un coche que parecía cada vez más una necesidad, especialmente si la temperatura había bajado tanto antes de que el sol se hubiera puesto por completo.

Llegó otra ráfaga de viento y vio a Miyu comenzar a temblar a pesar del abrigo que tenía puesto. "¿Qué tal si ordenamos?" Dijo Shirou mientras bajaba una mano hacia la cabeza de Miyu.

Ella lo miró y se mordió el labio, miró hacia el camino por un momento antes de asentir.

Shirou asintió y abrió el camino de regreso a la casa y a la cocina, donde sacó una pequeña pila de menús para llevar. "¿Alguna preferencia?" Preguntó.

Miyu negó con la cabeza y Shirou se rascó la parte posterior de la cabeza mientras comenzaba a clasificarlos. Mongol, tailandés, pizza, mexicano, estadounidense, lo sacó de la pila. "The Rack Shack, barbacoa americana?" Preguntó Shirou, sosteniendo el menú.

Él sonrió mientras ella fingía pensarlo, tocándose la barbilla mientras ella inclinaba la cabeza hacia un lado y fruncía los labios. "Está bien", chirrió ella un momento después y le arrebató el menú de la mano.

Sacando su teléfono, vio como ella comenzaba a teclear: "Ya que elegiste el lugar, haré el pedido", dijo.

Shirou asintió con la cabeza y se fue a la sala de estar y comenzó a colocar yesca y leña en la chimenea, un viejo monstruo de ladrillos que Shirou había tardado días en limpiar para su satisfacción.

Levantó un dedo y esparció energía mágica a través de él antes de dibujar un símbolo en el aire. Apenas había terminado la marca cuando la construcción se derrumbó como sabía que lo haría. Nunca había sido bueno con las runas, pero Kiritsugu se había asegurado de poder manejar la de un fuego para que al menos pudiera mantenerse caliente si lo peor empeoraba. Pero desde que había equipado la tarjeta falsa, su propia hechicería limitada como estaba, había dejado de funcionar por completo.