Chapitre une.

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- Mami, mira a ese señor, yo lo veo muy para ti, es bastante guapo, al igual que tú. - Un Taehyung de 9 añitos le dirigió la palabra a su mamá de 35. La señora se puso colorada ante lo dicho por el menor y luego miró al hombre con lentes en frente de ellos, quien le había ofrecido ayuda cuando la mujer se tropezó en la calle.

- ¡Tae, no digas esas cosas! - Sunmi regañó al pequeño, sonriendo nerviosa. - No sabe lo apenada que estoy, disculpe a mi hijo y el haberme tropezado en su camino, señor. - Se lamentó, haciendo una mini reverencia. - ¿Qué puedo hacer por usted? ¿Quiere que vayamos por un café? En verdad lo siento, no fue mi intención, soy una torpe.

- Está bien, señora, no se preocupe. Me alegra que nada le haya pasado a usted ni a su lindo niño, lo menos que puede hacer es invitarme un café. En serio, no pasa nada. - Le regaló una cálida sonrisa. - Mi nombre es Jungkook, Jeon Jungkook, un gusto, señorita....

- S-sunmi, Kim Sunmi. Joder, ¿usted es Jeon Jungkook? ¿El dueño de la empresa más importante en todo Francia? ¿Ese Jeon Jungkook?
- Preguntó sorprendida. El azabache soltó una risita, agachándose a la altura del más pequeño.

- Ese mismo Jeon Jungkook. Aunque bueno, yo no diría 'El dueño de la empresa más importante en todo Francia', supongo yo que ha de haber muchas empresas con mejor trato que el mío, no soy alguien tan importante... ¿Cómo te llamas, pequeñito? - Sonrió al niño, acariciando su mejilla. Tae se sonrojó, riendo leve ante las caricias.

- K-kim Taehyung, señor... - Dijo nervioso, sus ojitos brillando por la belleza del mayor.

- Que bonito nombre, al igual que tú.
¿Cuántos años tienes?

- 13 añitos, Señor Kookie, así, mire. - Tae le enseñó una vez sus diez dedos y luego tres más de sus pequeñas manitos, delicadas y suaves.

- Eres muy lindo, ¿lo sabías? - Las mejillas del menor volvieron a teñirse de un color rosa, sonriendo tierna pero tímidamente.

- G-gracias, Señor Kookie... - Bajó su cabeza y jugó con sus deditos nerviosamente.

- Señorita, he de decir que tanto su hijo como usted emanan una belleza increíble. - La mayor sonrió tímida, con sus mejillas rojas ante el cumplido. - Aceptaré el café, sólo si me deja llevarlos a su casa luego de tomarlo. No me gustaría que dos seres humanos tan hermosos como ustedes pasaran frío andando solos por ahí, no no, yo los llevaré.

- De acuerdo, pero el café lo pagaré yo, como disculpa por todo lo ocurrido.

- Ya le dije que no hace falta disculparse, yo pagaré. Conozco una cafetería por aquí, está a dos cuadras, vayamos en mi auto.


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- Hey, ¿te gustaría que te llame 'TaeTae'? Suena lindo, quedaría bien contigo, pequeño. - Acarició el muslo del menor suavemente, dejando un tierno beso en su mejilla.

- Señor Kookie, TaeTae suena a bebé, y yo ya estoy grandecito para esas cosas. - Respondió, su voz tratando de sonar como la de un adulto.

Adorable. Pensó Jungkook.

- Entiendo, ya estás grande, por lo que no te importará que yo valla a los juegos de ahí solito. - Sonrió al ver la cara de arrepentimiento que ponía el niño.

- ¡No! Yo no estoy grandecito todavía, Señor Kookie. Es más, puedo acompañarlo a los juegos si usted me deja. - Sus ojitos brillaron y formó un puchero al ver que el mayor parecía pensarlo.

- Está bien, puedes ir conmigo, pero si tu mami te deja. - Jungkook levantó la vista, viendo a la señora Sunmi colgando una llamada.

- Jungkook, no me vas a creer, pero el café deberá quedar para otro día. Tengo que resolver unos problemas, y debo encontrar a alguien que cuide de Taehyung mientras yo estoy en el trabajo. Tengo que irme ahora, lo siento. - Dijo rápidamente, guardando el celular en su cartera y sacando su billetera, dejando unos dólares en la mesa para el café. Jungkook negó.

ᴍɪ ᴘᴀᴘɪ ♡ | kooktae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora