Daba azote tras azote, mientras escuchaba los números salir de la boca de su bebé de manera jadeante y por medio de gemidos ahogados sobre la almohada. Mierda que le gustaba, llamenlo masoquista, pero hacer eso era algo que le causaba placer.
Ver las marcas rojas que debaja con cada latigazo sobre el cuerpo de Taehyung, mientras éste gemía ante ello por el placer mezclado con dolor que sentía, era algo que no tenía precio.
Amaba el cuerpo de Taehyung. Amaba su suave piel bronceada, sus piernas largas, aquél trasero redondo y grande era su parte favorita. Pero sobre todo, él amaba a Taehyung en sí.
Mordió sus labios al ver cómo su nalga derecha era la que más sufría, puesto que no dejaba de dar latigazos en aquélla zona, y empezaba a dejar alguna que otra abertura leve.
Frenó.
- Die-dieciséis~... ¿P-por qué para, papi? - Preguntó jadeante.
- ¿Quieres que siga? Por que te advierto que ya tienes cuatro aberturas leves en tu nalga derecha, cielo. - Dejó el látigo de lado, para luego sacar su bóxer y posicionarse en la cama con su miembro erecto sobre el trasero del menor.
- Papi, ah~... - Gimió al sentir el pequeño roce.
- ¿Quieres que te la meta? Unos simples dedos no se comparan con mi pene, bebé, tienes que saberlo. - Dijo antes de meterlo de una sola estocada, puesto que Tae ya estaba preparado. Recibió puros gemidos.
- ¡Joder, papi, oh mierda! Mmh...~ - Mordió sus labios, hundiendo su rostro en la almohada.
- Oye, sal de ahí, gime para papi, quiero escucharte. - Ordenó, dejando caer su mano por última vez sobre su nalga derecha.
Luego te pondré crema, tranquila.
Salió del castañito un segundo, para dejar un suave y tierno beso sobre aquéllas partes lastimadas, saboreando el líquido rojo entre sus labios.
- ¡Mgh, papi! - Gritó, dejando caer lágrimas de sus ojitos cuando Jungkook comenzó a entrar y salir de él brusca y rápidamente, tocando su punto dulce en cada embestida.
- Te dije que te iba a hacer llorar de placer, bebito... - Susurró con voz ronca en su oído, para luego morder el lóbulo de su oreja y bajar besos hasta su cuello, dejando chupetones rojos que después serían morados.
- P-papi, más... Más duro, más papi~... - Pidió entre gemidos, empezando a moverse hacia atrás para recibir con gusto cada estocada que el azabache le daba a su entrada, tan apretada más allá de que lo haya preparado.
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♡Ay, me duele el trasero. Fue lo primero que pensó Taehyung al despertarse, sintiendo su cintura ser rodeada por los fuertes brazos de Jeon.
Levantó la vista y se topó con la imagen más bella según él. Jungkook estaba dormido, mechones de cabello en su frente, los cuales le molestó en quitar, acariciando suavemente su mejilla derecha en el proceso, sonriendo leve.
El mayor se removió, apresándolo aún más contra su cuerpo. Tae se acurrucó en su cuello, ronroneando y acariciando su pecho. Jungkook fue despertando lentamente, sus ojos acostumbrándose a la luz que entraba por el gran ventanal.
- Buenos días, papi. - Susurró, levantando un poco la vista.
- Buen día, cielo. - Plantó un tierno beso en su frente, haciendo sonrojar al menor.
- ¿Cómo amaneció? - Preguntó, saliendo de entre las sábanas para posarse sobre el regazo del azabache, sus manos en su pecho.
- Muy bien mi amor, ¿y tú? - Lo tomó de la cintura, sentándose sobre el respaldo de la cama.