4. Amistad

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Misa

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Misa

Habíamos estado recorriendo el edificio por varias horas. Por suerte ningun "angel" se encontraba en este. El silencio entre el mio y el del mascarita se hacia cada vez más incomodo.

Claramente queria comenzar una conversación, puesto a que le preguntaba cosas tan inutiles y el solo respondía monosilabas junto a su indistinguible "pequeña".

"Y... ¿Aqui hay pajaros? por ahora no eh visto ninguno.— dijo Misa mirando de reojo la gran arma.

Si, pequeña"

Suspire rendida. Si el no queria hablar, no ibamos a hablar, no iba a rogarle.

—¿No tienes hambre, pequeña?—preguntó. Sonrei emocionante. Habia estado mas de una semana sin hablar o estar en contacto con una persona normal, volver a hacerlo era algo... ¿extraordinario?¿raro?

—¿Dónde conseguiremos comida? ¡¿ah?!—pregunté mirando a mi alrededor.—No veo nada.

El Mascarita camino hacia una hran puerta, de su bolsillo saco unas llaves y la abrió. El cuarto estaba lleno de comida, podrian durar meses en el cuarto sin deshidratarse o querer alimento.

—Alli adentro hay un baño...— Miro una de las grandes cenas del dia; Pizza. Espere, espere a que se saque la mascara para poder ver su rostro.

Quería saber que es lo que se encontraba detrás de esa mascara. A decir verdad, se veia muy atractivo con ella puesta, el traje le daba el toque elegante que podía enamorar a cualquier mujer; este no es mi caso, claro.

—¿Qué es lo qué esperas para ir a ducharte?—preguntó con un tono amenazante.

Narrador

Misa se sonrojo del enojo, a veces le molestaba el echo de que el hombre de traje la tratara como un ser inferior. También le molestaba el no saber nada del, su historia o por lo menos su nombre.
Ella podria estar con un asesino en serio —aunque así lo es en ese mundo—.

abrió la ducha de agua caliente, empezo a salir vapor y todo el cuarto estaba lleno de este. Su cuerpo se herizo al entrar al ahua tibia; habia olvidado como se sentir el placer de bañarse.

Mientras tanto, el enmascarado del otro lado del cuarto, estaba saboreando el magnífico gusto de la pizza gigante.

El por su lado pensaba exactamente igual que la adolescente azabache, por alguna razón le daba intriga el saber de la existencia de ella; queria saber más sobre ella. Del como llego alli, o el porque querer ella hacer equipo con el, porque caminaba de esa forma tan peculiar; como si fuera alguien superior a los demas —aunque asi lo es—.

Invasion en las alturas | El enmascarado [francotirador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora