2. Personas

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Esto ya no era un mundo donde los débiles podrian sobrevivir

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Esto ya no era un mundo donde los débiles podrian sobrevivir. Y por eso Misa debia hacerse más fuerte. En lo absoluto ella estaba orgullosa de haber asesinado a enmascarados (aunque ella solo les rompía la mascara y ellos se mataban instantáneamente).

No, ella no habia cruzado palabra alguna con algun que otro enmascarado, tampoco pensaba en hacerlo. La guardiana le habia dicho que ellos no eran de fiar, y ella confiaba plenamente en ella aunque no la conozca.

Habia soportado un dia lleno de muertes, puesto que este mundo se trataba de eso; matar para sobrevivir.

—Baja esa arma, el no era un enmascarado. ¿Por qué lo has echo?— escuchó una voz a lo lejos. Misa sabia que aquella chica no era una enmascarada porque, por lo que tenia entendido ella, ellos no podian hablar a excepción de que su mascara estuviera destruida.

Misa se encerró en uno de los cuartos con cautela. Ella solo estaba buscando aquella puerta de color amarillo, no tenia intención alguna de pelear con enmascarados, mucho menos con personas normales.

Un disparo, dos, y tres bastaron para que el edificio quedara en completo silencio. Unos pasos se escucharon a travez de la puerta en la que ella estaba, pero de a poco estos se iban alejando.

Agradecio internamente que todo se alla resuelto. Aunque probablemente haya una vida de por medio que resulte sin vida.

La azabache salio del cuarto mirándolo hacia los dos costados. Estio ya no era como antes, ahora, antes de entrar y salir debía fijarse si alguien estuviera. Primera regla; siempre estar atento.

Camino con cautela hacia el gran pasillo, al final de este habia un cuerpo masculino, este tenia la garganta cortada, como si alguien o algo le hubiese atravesado una cuchilla. Negó con la cabeza pensando que un humano, alguien normal, alla echo eso.

Cambio de dirección, debia encontrar esa puerta amarilla; esa era su salvación. Por alguna razón ella presentía que el cuarto estaba en ese piso, porque además de ese habian muchos mas arriba.

Desde muy lejos logró ver a un enmascarado, su aura no era oscura, pero tampoco parecia amistoso. Trato de hacer el menos ruido posible, pero cuando menos lo esperaba; su celular empezo a sonar.

 Trato de hacer el menos ruido posible, pero cuando menos lo esperaba; su celular empezo a sonar

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"I duckinf hatw you" era el tono de la llamada de su hermano. Abrio sus ojos con emoción, sin importarle el echo de que el enmascarado la hubiese visto a pesar de la distancia.

—¿Ax-...?—una bala habia dado, nuevamente, en su mano derecha.

Mierda... pensó escondiéndose detras de un muro.—¡¿Misa?! ¡¿Misa, eres tú?!—escucho la voz desgarrada de su hermano a travez del móvil.

Mientras que la azabache pensaba en las miles de posibilidades que el enmascarado podia matarla, aquel hombre, francotirador al parecer, apuntaba directamente hacia su estomago.

¡Bingo! se dijo asi misma viendo como, al final del pasillo, la puerta tan esperada y de tan hermoso color estaba por la derecha.

¡Pum! sonó el disparo. Misa con superioridad corrio hacia la puerta con gran velocidad. Ni siquiera ella misma sabia donde habia sacado tanta energia para poder correr de aquella manera.

—¿Misa? ¡Misa, mierda, contesta maldita imbécil!—Gritaba su hermano a travez de la llamada.

—¿Axel? ¡Axel! —grito de la emoción, sin importarle el echo de que su mano estuviese sangrando y que, posiblemente, tenga una hemorragia. Con anhelo examinó toda la habitación, esperanzada en ver la caja blanca, pero no la encontraba.

—¿Qué es lo que esta pasando, Misa? ¿Donde estoy? ¿Que es esto?—Pregunto el azabache, como muchas veces, tratando de sonar tranquilo aunque su voz temblara del miedo.

La de pelo negro río sin gracia, no podia creer que la caja blanca estuviera abajo de la cama.—Axel, no me lo vas a creer— Dijo con emoción.

Si, ella estuvo esperando días la llamada de su hermano, pero esa caja, esa mascara era su salvación. El, Axel, podria esperar dos minutos más.
Soltó el teléfono con lágrimas en los ojos, habia pasado por tanto que la alegria desbordada.

Sus ojos cesaron de llorar cuando escucho la puerta abrirse. Su respiración parecia entrecortada, pues tenia miedo, temor. Sabia que se trataba del enmascarado que anteriormente se habia enfrentado, pero no esperaba que el llegara tan rápido.

Sus brazos temblaban, sus manos sudaban, temía voltear y ver al hombre de sombrero apuntarle con un arma. Tanto, habia pasado por tanto solo para que una simple bala acabara con todo.—Esta bien.

El enmascarado, que estaba a punto de atravesarle la cabeza, la miro sin entender.

—¿No es eso lo que ustedes quieren?—Pregunto con inocencia mientras, muy sutilmente, abría la caja blanca. De reojo podia ver la mascara sin expresión; asi como la Guardiana le había dicho.—Me voy a tirar.—agarró con cautela la mascara.—¡Pero primero hare esto!—Grito poniéndose la máscara.

El enmascarado se habia distraído, no le habia dadi donde queria. El disparo fue directo a su estomago.

El cuerpo de Misa habia caído al suelo, mientras aye los gritos de su hermano preguntando que es lo que estaba pasando se escuchaba muy baja.

Misa... ¿Misa habia muerto?¿Asi de fácil?

 ¿Misa habia muerto?¿Asi de fácil?

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Invasion en las alturas | El enmascarado [francotirador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora