[ Capítulo 23 ]TITULADO
ATRAPADA
Actúa como el cordero y tendrás al lobo detrás de ti.
— Michel Flores —Caroline
—¿Cómo te sientes?
—Creo que fracturaste mis dedos. —le digo sentada en el piso sujetando mi mano contra mi pecho con fuerza—. Te dije que montarme en la bicicleta era mala idea. Ya me rompiste los dedos. —el pelinegro ríe y lo empujo—. ¡No te rías!
—Mejor tus dedos que tu cara. —dice con gracia y lo miro mal—. Que sensible eres, preciosa. No creo que estén rotos. —se agacha a mi altura y niego, no le daré la mano al bruto que ocasionó mi caída—. Dame tu mano.
—Que no. —rodó sus ojos y me tomó la mano de forma firme pero sin lastimarme—. Yo creo que si me los fracturaste, ¿O por qué duelen tanto?
—Respira profundo o algo. —bufé ante sus indicaciones.
—¡¿Respira profundo?! Se siente cómo si algo me quemara por dentro. ¡Me duele! —le grito. Tenía raspones en las rodillas pero no me dolían como mis dedos. No sabía que me había hecho pero me ardían y los sentía fríos—. ¿Qué haces? No, no, Charles... ¡Duele!
—Tranquila que ya los revisé, no están rotos sólo es el dolor del momento. —no le creo. No era doctor—. Vamos, tengo que llevarte adentro que tus rodillas están sangrando y no quiero más demandas en mi contra. Seguramente pondrás que tu jefe te explota y que te trata mal.
—Pero el señorito quería subirse a la bicicleta en plena noche que porque la experiencia era otra y no sé que más. Pues vaya que me llevé otra experiencia. La experiencia de la caída. —él sonrió con burla y yo le saqué el dedo medio—. Cárgame. No pienso caminar así.
—Ahora eres tú la mandona.
—Cárgame. —le exijo y el se acerca más a mí de forma distinta como si fuera a besarme y me hago hacia atrás por instinto. ¡Amigos dijimos!—. Mejor camino yo.
—No te molestes, yo puedo cargarte. —pasa uno de sus brazos abajo de mis rodillas y la otra en mi espalda, me alza con tanta facilidad que pienso que debe levantar pesas o algo en el gimnasio casi a diario, porque Superman no era—. ¿Así de caprichosa eres siempre? Quién te estará mal influenciando para que seas así.
—¡Oh vamos! —me rió y el niega. Sube las escaleras del patio trasero conmigo en brazos, pasamos por la puerta riendo de mí estado "de gravedad" y mis amigos son los primeros en notar que vengo siendo cargada como si de una princesa se tratara por el señor que apenas soporta que lo toquen—. No soy yo si no me caigo en algún lugar, es parte de mí naturaleza.
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La esposa del Diablo: Infierno [ 1 ]
Любовные романыCharles Carson Stan. Genio, atractivo, millonario y respetado. Su nombre era significado de poder a donde sea que fuera, pero así como este destilaba grandeza también dolor e ira. Y es que quien lo viera de lejos podría asegurar querer tener la vida...