CAPÍTULO OCHO.
—Recoje mi pluma, Diggory.
Adela lo miró molesta y frustrada, hacía unos días que Draco estaba molestándola. Cada día le hacía bromas más pesadas, pero así mismo Adela cada día más se fortalecía. Tenía unas intensas ganas de darle un golpe en su —perfectamente estructurado— rostro, y nunca se había sentido de esa manera, quizá una sensación de la que se podría llamar nueva.
—¿No tienes manos, pequeño Draco? ¿o también hace falta que llame a tu mami? —preguntó Adela en un tono dulce pero sarcástico, uno que no pasó desapercibido para Draco.
Las manos le temblaban horriblemente a Adela, aún no se acostumbraba a contestarle y ponerlo en su lugar, quizá hasta le tomaría más tiempo de lo que imaginaba. Su corazón no paraba de latir fuertemente y los nervios estaban poniéndola a tope de su paciencia.
—No te atrevas a llamarme por mi nombre, Diggory. No todos tienen ese privilegio, deberías ya saberlo —musitó asqueado.
Y aunque a Draco sí le había molestado, extrañamente también le había gustado. Su nombre se escuchaba bien de los labios de Adela, pero él jamás lo admitiría, o al menos no en voz alta.
—Creo que dicen que la siguiente prueba es más difícil —habló Luna con neutralidad.
—¿Hablas de la del Torneo de los Tres Magos? —preguntó Adela.
Luna asintió.
—Oh. De todas maneras, sé que Cedric podrá lograrlo. Él de por sí logra todo lo que se propone. Además, aún falta mucho para la siguiente.
—Tienes razón. Lo que ahora se acerca es El Baile de Navidad.
Adela se sonrojó de la sola idea del Baile de Navidad, pero definitivamente no podía imaginarse ahí. A ella jamás querrían invitarla y además, no es como si se tratara de los típicos bailes de sus libros. Negó con su cabeza cualquier idea errónea y volvió a mirar a Luna.
—¿Crees que alguien nos invite? —preguntó Luna con una ligera curiosidad.
—Mhm... a ti sí. No veo porqué no lo harían, eres maravillosa y tu sola compañía es agradable. En cambio por mí, lo dudo mucho.
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Lindos Anteojos, draco malfoy
FanficAdela Diggory, hermana de Cedric Diggory, totalmente opuestos. Ella no es popular ni comúnmente bonita. Él por su parte es completamente popular y apuesto, según todos, la definición de lo que es perfección. Es por eso mismo que hablan mal de Adela...