Austria x México
USA x México
Francia, ansiosa por conquistar la región central de México, apoya a los conservadores mexicanos y estos en agradecimiento ofrecen la corona imperial mexicana a su sobrino, Austria.
En cambio, México, una joven a...
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"¿FrauleinMexiko?"
Nunca antes había escuchado esa voz, dulce pero a la vez tan masculina, algo ronca ...
México giro su rostro lentamente con algo de miedo y levantó su vista lo suficiente como para hacer contacto visual con aquel hombre.
La joven se levanto aun sin dejar de hacer contacto visual con el.
los dos estaban frente a frente.
Las mejillas de la joven estaban cubiertas de rimel, su labial estaba corrido, su mirada parecia cansada y su pelo estaba deshordenado
Pero aún así, el fulgor que los ojos verdes de México reflejaban, eclipsaba todas sus imperfecciones, o almenos para aquel hombre que parecía estar hipnotizado por aquella hermosa mirada.
La mexicana estaba confundida, nunca habia visto a aquel hombre. Lo observaba de pies a cabeza.
"¡¿México?! ... ¿Dónde se ha metido?"
La escena fue interrumpida por los gritos de España.
"¡Oh ahí estáis!..."
España llegó dónde la pareja y observo detenidamente a la morena.
"Parece que ya se conocieron"
España tenía una enorme y blanca sonrisa en el rostro
México se giro hacia España y lo observo con un semblante confundido.
"...México, el es Imperio Austriaco, Austria ella es México, mi hija."
Exclamó él español con una sonrisa en el rostro mientras sujetaba el brazo de la mexicana.
Al escuchar esas palabras, México observo a Austria y el sentimiento de pánico volvió a recorrer su cuerpo, el estaba ahí, realmente lo estaba.
El Austriaco le sonrió a la morena y trato de tomar su mano, México respondió a esta acción retrocediendo un par de pasos hasta quedar justo alfrente de la fuente.
Austria miro desconcertado a la joven y llevo su mano al costado de la cintura de México tratando de abrazarla, el realmente había cruzado el océano entero para poder verla y tenerla entre sus brazos, un abrazo era lo menos que el se merecía, o al menos eso creía.
El estómago de México se revolvió y se quedó inmóvil, sintió como los cálidos brazos de Austria recorrían su espalda y como reposaba su barbilla encima de su hombro.
La morena estaba asqueada y trato de retirar los brazos del joven, pero por más que trataba era imposible
