True Nature

III

Antes de la destrucción de Muelle de Loto.

Tal como Lan XiChen le había dicho, aún quedaban en su cuerpo estragos de aquel té que Wen Xu le había dado. Prácticamente luego de tomar el desayuno en soledad, Jiang Cheng se sintió cansado de nuevo y terminó por dormir todo el día. A duras penas se dio cuenta del momento en el que XiChen volvió al Hanshi ya muy por la noche.

Solamente recuerda haber escuchado un leve susurro en su oído y haber sentido una caricia en el rostro. Aquel susurro estaba casi borroso en su memoria, pero recuerda muy bien la corriente eléctrica que le hizo sentir al escuchar algo como, mañana serás solo mío.

Para el segundo día en Gusu, de nuevo se despertó por la luz brillante que llenaba el Hanshi. Dio la vuelta en la cama para buscar con la vista a Lan Huan, pero no lo encontró. Mirando hacia el techo, trató de alejar la pereza de él mientras se tallaba los ojos y luego de un rato se levantó. Caminó hacia una pequeña mesa en la habitación y pudo ver una bandeja de agua en ella, junto a unas túnicas blancas limpias y una hoja de papel bien doblada.

"A-Cheng si despiertas y no estoy, no te preocupes que no tardaré, traeré el desayuno y una sorpresa más que tengo para ti. Ponte cómodo, vuelvo enseguida. Te amo".

Sonrió luego de leer aquella nota firmada por Lan Huan y después hizo lo propio aseándose.

No mucho tiempo después, mientras hacía algunos ejercicios de estiramiento, la puerta del Hanshi se abrió dejando pasar a Zewu Jun. Por alguna razón Jiang Cheng se sintió nervioso, de tal forma que dirigió su mirada al suelo incapaz de ver fijamente al hombre frente a él.

– Buenos días A-Cheng – dijo Lan XiChen dejando el desayuno en la mesa, tal como hizo el día anterior.

– Bu... buenos días XiChen... – respondió el menor con nerviosismo.

Zewu Jun sonrió ante la encantadora vista de Jiang Cheng sonrojado y nervioso frente a él, quien además vestía las ropas de su secta.

– Me gustaría mucho que me llamaras Huan – pidió amablemente.

Si el joven futuro líder de Yunmeng ya se sentía abochornado, ahora se sintió peor.

– Yo... yo... – no sabía en donde esconder su rostro y se tapó la boca con su mano derecha.

Lan XiChen se acercó más a él y sin dejar de sonreír lo tomó por la cintura con delicadeza. Wanyin continuaba huyendo de su mirada, así que le tomó por la barbilla con su mano derecha y levantó su rostro ligeramente para que lo viera a los ojos.

La respiración del menor comenzó a volverse agitada, mirar tan de cerca los dulces ojos color miel del primer jade lo dejaban sin aliento y con una sensación cálida en las mejillas.

– A-Cheng por favor llámame Lan Huan, quiero escuchar mi nombre saliendo de tus hermosos labios – le dijo suavemente mientras con su pulgar rosaba su labio inferior.

El pecho del joven de Yunmeng subía y bajaba de forma acompasada por su respiración, que se volvió pausada mientras se perdía en los ojos de Lan XiChen. Muy despacio entreabrió los labios, con la mirada del mayor sobre ellos.

– Lan... Huan – dijo finalmente con voz baja, observando la satisfacción en la expresión del hombre que amaba.

XiChen se abrazó fuertemente a su cintura y él correspondió colocando ambos brazos alrededor del cuello contrario. El mayor aspiró el aroma de su cuello, causando que la piel se le crispara y que sintiera un extraño calor en el vientre bajo.

– Ya no puedo esperar más para que sea de noche y podamos casarnos, ya quiero que seas mi esposo – susurró Zewu Jun junto a su oreja, dejando un casto beso en su mejilla.