Capitulo Dos

45 7 3
                                    

Vancouver, Canadá.

Lauren

Busque con la mirada entre la multitud a la chica rubia. Cuando di con ella, una enorme sonrisa vino a mi rostro.
Camino con pasos largos pero con una pizca de elegancia, llevaba una blusa blanca encima un saco del mismo color, y un pantalón negro de vestir.
Sin duda alguna, mi amiga tenía un gusto excelente en la alta costura.
Di el primer paso hacia adelante, alguien me empujo al pasar corriendo por mi lado. La castaña con quién había compartido asientos, estaba entre los brazos de Dinah.
La misma mujer que le tome fotos y que si se enteraba podría denunciarme por acoso sexual.
Lucy que estaba a mi lado con su cámara, me miro con una sonrisa burlesca en sus labios.
-No te olvides porque estamos aquí Lau.-alzo su cámara, captando el momento de reencuentro de las chicas.
Ví como intercambiaron algunas palabras, con esto la castaña enderezó la espalda, y volteo ligeramente. Cuando nuestras miradas se encontraron a través de los lentes de sol, se estremeció con una mueca en los labios.
Dinah camino hacia a mí, yo seguía en estado de shock. No me di cuenta en qué momento sus brazos me envolvieron en un cálido abrazo.
-Hey,Lucy.-Dijo Dinah alejándose.
No podía creer lo que estaba sucediendo,que éramos de pronto cuatro rodeando a Dinah.
-Lauren, Camila.-dijo señalando a cada quien con su respectivo nombre.-La increíble Lucy, y Ally.
Con esa presentación fugaz prosiguió a dar las instrucciones.
-Traje dos camionetas del hotel, Robert está manejando uno, yo traje la otra.
Me miro con una sonrisa divertida.
Lanzó unas llaves en el aire, las atrape a tiempo.
-Tu llevarás una.-Llevo sus manos a su cintura, nos miro a cada una por unos segundos, analizando algo en su descabellada cabecita.-Lucy irás conmigo, ya que Lau estará ocupada manejando, tu grabaras el camino.
La rubia comenzó a caminar, solté una risa, si que me divertiré en estas vacaciones.
Salimos hacia el estacionamiento, una fina capa de nieve cubría el lugar.
Se detuvo entre dos minivans.
Levante la mano en forma de saludo hacia Robert que estaba detrás del volante. Me respondió de la misma manera.
-Cami te irás con Lau, quiero que se conozcan más, ustedes estarán trabajando juntas mucho tiempo.
Mordí mi labio, reteniendo una risa.
Robert se bajó del auto,una bufanda de color escarlata cubría su cuello, si que era un chico atractivo, de metro ochenta y una barba bien cuidada.
Se acercó a cada una para saludar, cuando llego hacia a mí, nos dimos un abrazo fraternal.
Nos ayudó a subir las maletas en las cajuelas.
Camila se colocó a mi lado, abrazándose de la cintura.
Le lance una mirada señalando hacia la camioneta para que subiera.
-Nos vemos ahí Dinah.-Me subí a la camioneta, Camila se estaba colocando el cinturón de seguridad.
Aguante las ganas de reír por la forma en que encogía su cuerpo en el asiento buscando calor.
Sin necesidad de que me lo pidiera, encendí la calefacción.
Hizo un sonidito desde el fondo de su garganta en satisfacción.
Mordí mi labio conteniendo la sonrisa.
-No nos hemos presentado adecuadamente.-la interrumpí antes de que siguiera hablando.
-mira...¿Cami? Tuvimos la oportunidad, pero no hubo la intención.
Trate de ensuavizar las palabras, para que no lo sintiera tan directo.
Por el rabillo del ojo, la ví encogerse en su asiento más de lo que ya había hecho con anterioridad.
Suspiré.
-Soy Lauren Jauregui.
Sentí esos ojos marrones mirarme, inspeccionando cada palabra.
-Cami...No.-La ví negar con la cabeza.-Camila Cabello.
-Es un placer.
-¿Puedo?-Alargo la mano hacia el estereo.
Por fin. Crei que tendría que seguir todo el camino sin música y nada más el fondo de nuestras respiraciones con las narices congestionadas escuchándose.
-Por su puesto.
El sonido suave lleno la minivan. Y no me preocupe más de llenar los silencios con platicas forzadas.
Y ella pareció también agradecerlo.

Detuve el auto en la entrada del hotel, el Vallet parking que era un jovencito de aproximadamente diecinueve años, bajo las maletas y le abrió la puerta a Camila.
Ella se lo agradeció con una sonrisa cansada.

Camila

-Por fin te encuentro.-Murmuro Dinah deslizándose a mi lado.
Lleve la copa de vino tinto a mis labios. Alce una ceja.
-Se que cuando quieres esconderte por un tiempo, una buena copa lo cura todo.-Soltó una leve risa.-Nos reuniremos a cenar con las chicas.-se inclinó hacia adelante.
Aferro sus manos en la madera de la barra.
-Robert está demasiado nervioso de que mis amigas no acepten mi compromiso.
-No debería, es un chico increíble.-me miro a los ojos, la ansiedad la estaba comiendo.
-¿Tienes miedo Dinah?
Pregunté. No por querer burlarme, sino porque estaba preocupada por Dinah. Yo solo quería la felicidad de mi mejor amiga.
No la estaba tratando como lo hacía con mis clientes.
-¿Miedo?-Alzo la mirada al techo, conocia tan bien ese acto.
No porque la conociera de años, todas las chicas que estaban a un paso de casarse, siempre levantaban la mirada al techo en nervios.
La primera lágrima se deslizó por su mejilla.
-Estoy aterrada Camila.-Bajo los ojos.-No dudo en querer casarme con Robert.-nego con la cabeza y una suave sonrisa en sus labios.-Lo amo demasiado, eso jamás lo dudaría.
Miro el anillo en su dedo anular.
-Tengo miedo de no ser la mujer, que él espera. El no poder llevar una familia.
Sonreí enternecida. Lleve mi mano hacia su rostro y borre con mi pulgar las lágrimas.
-Eres una increíble persona D, se que puedes hacerlo.-tome entre mis manos su rostro.-No se nace siendo una increíble esposa.-solté una leve risa.-Cometerás errores, como cualquier ser humano. Pero Robert estará ahí para que lo superen juntos.
De pronto me ví envuelta entre sus brazos, que me tomaban con fuerza.
-Eres mi tabla de salvación Cami.-dijo.
Al alejarse, nos miramos por unos segundos y soltamos risas escandalosas.
Se pasó las manos por el rostro, asegurándose que no quedará restos de lágrimas.
-Vamos, tenemos una cena pendiente.

Llegué con Dinah al restaurante, todos ya estaban en la mesa esperándonos. Obviamente Dinah tomo lugar a un costado de su prometido.
En la otra punta de la mesa estaba Lauren. Y Ally estaba sentada alado de Dinah, que no me quedo de otra que sentarme a lado de la chica que tenía la leve idea de que se llama Lucy.
Abrí el menú, escuchando como Allyson iniciaba una plática con Robert sobre su trabajo.
Robert tenía una fundación para niños en adopción, cuyas parejas no podían concebir un hijo, u otros motivos.
El camarero se acercó, sirviendo agua en una copa y en otra un poco de vino.
Robert tomo su copa de vino y la alzó.
-Chicas quiero agradecerles por este momento, y por dejar ser parte de la vida de esta increíble mujer que amo con toda mi existencia.-con su otra mano donde sostenía la de Dinah, se la llevó a sus labios.
Dimos unos breves aplausos.
-Quiero una ensalada.-le dije al camarero cuando paso a mi lado. El asintió con la cabeza.
-Camila, ¿Como les está yendo a Logan y  a ti?-Pregunto Robert.
Sentí las miradas enfocadas en mí. Mire hacia Allyson, que estaba tensa.
Mordí mi labio nerviosa, mire al hombre que me regalaba una sonrisa cortés. Force una de mis mejores sonrisas.
-Creo, que ahorita está en las Vegas con mi secretaria gastando el dinero que me robaron. Una pareja tal para cual.
Dinah se atraganto con el vino. Robert mascullo un "lo siento".
-¿y a ustedes cómo les va con su estudio?
La chica castaña soltó una risa.
-Lauren domina a todas las modelos, no hay ninguna que pueda resistirse al encantó "Jauregui".
Mire de reojo a la morena, tenía la sonrisa traviesa dibujada en sus labios.
Aparte la mirada avergonzada de sus labios. Desde el momento en que me fijé en sus ojos por primera vez, sabía que me había condenado.
Me fascinaban los ojos verdes, pero estos eran de un esmeralda más hermoso que jamás haya visto antes.
Se dió cuenta que era la única que seguía viéndola, me sonrió.
-¿Ally qué color sugieres que sean las flores?-Pregunto Dinah a mi amiga.

La Vie En RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora