Capítulo |24|

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—¿Yendo a una cita? —Lauren se apoyaba en su puerta, sorbiendo lánguidamente un helado, mientras la veía aplicar su maquillaje.

Así es ¿celosa? —Camila la miró a los ojos a través del espejo de su tocador.

—Ya quisieras. —gruñó.

Peor aún: Camila lo quería.

—Vas a estar celosa uno de estos días y cuando llegue ese día... —Le sacó la lengua.

—Una vez más: ya quisieras.

Ella pasó sus pestañas por última vez con el rímel antes de levantarse. Giró alrededor y le sonrió por encima del hombro.

—¿Me veo bonita? —Lauren hizo un gesto con la mano, indicándole que más o menos. Ella puso los ojos en blanco—. Estúpida Yeti.

—¿Con quién vas a salir? —Lauren logró mantener los celos lejos de su voz.

—Con Dylan —respondió, entonces podría haberse mordido la lengua inmediatamente después. No quería que Lauren supiera.

Lauren apenas pudo evitar empalidecer. Camila había estado saliendo con Dylan más de un par de veces. Había hecho todo lo posible para cavar suciedad en el, pero no se le había ocurrido nada. El hombre era como un maldito santo. Y normalmente Lauren, no tenía un problema con eso, excepto por supuesto cuando un santo parecía más atractivo de lo que tenía derecho a ser. Se obligó a sonreír a pesar de que su cerebro ya estaba en una carrera furiosa para llegar a un plan.

—Bueno, buena suerte tratando de olvidarme.

—Esto no es por eso. —Su mirada frustrada se encontró con la ojiverde a través del espejo.

—Lo es.

....

El último comentario de Lauren, todavía le molestaba, arruinando su apetito, aun cuando Dylan había elegido uno de los lugares nocturnos más populares de Osaka para su cita, un restaurante que también hacía las veces de club, en las últimas horas de la noche. Como ya eran las diez de la noche, las luces se habían atenuado, y la música cambió de jazz a música trans.

—Hey, ¿no es tu amiga?

Siguió la línea de visión de Dylan, entrecerrando los ojos para ver de lo que estaba hablando. El shock la hizo inhalar bruscamente, cuando vio a Lauren rodeada por una multitud de chicas. Parecía un desfile de zorras, Camila pensó nerviosamente, mientras observaba la forma en que estaban todas muy ligeras de ropa, como si hubiera una maldita escasez de algodón y mezclilla.

Ni una sola vez la miró. Y ella no había dicho ni una palabra, sobre a dónde se iba y además este no era su tipo habitual de club, ¿podría ser que Lauren, estaba allí para darle celos?

—¿Quieres ir a otro lugar después de este? —le preguntó Dylan después de pagar la cuenta.

—¿Está bien si lo dejo para otro día? —Ella le dio una sonrisa a medias.

—No hay problema. —Él le devolvió la sonrisa con ironía, comprendiendo lo que eso significaba.

Lauren sólo se relajó, cuando vio por la esquina de su ojo que los dos ya se habían ido. Misión jodidamente lograda, pensó y seguía sonriendo con satisfacción, cuando llamó a la puerta de su habitación en la residencia a las once de la noche. Ella abrió la puerta con el ceño fruncido. Lauren fingió estar sorprendida.

—¿Por qué estás con esa cara de enojo?

Camila apretó los dientes. ¡En realidad no lo sabía! Además, Lauren no era una mujer de andarse con rodeos. Ella era una persona sencilla por lo que no tenía ninguna razón para dudar de su palabra.

Lauren & CamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora