Capítulo 27 - Nunca te olvidaré

205 32 33
                                    

Una luz cegadora, un chirrido y luego un estruendo de metal al choca con fuerza... Una vez más ese sueño, pero ya no era un sueño extraño, mi mente había recordado instintivamente el accidente durante las noches. Abrí los ojos casi de golpe sintiendo el corazón latir a mil por hora, pero ahora había algo más dentro de mí, una voz que me repetía en mi interior que no temiera más, que no estaba sola. La voz de un joven que decía estaría conmigo siempre para protegerme...

Me incorporé lentamente y caminé hacia la ventana. Ahí afuera hacía un día estupendo, con un cielo perfectamente azul y un sol más radiante que nunca. Me quedé allí por un momento, analizando todo, pero no me refería al clima, si no a mí. Había un gran dolor dentro de mi alma, de mi corazón... pero aquel vacío había desaparecido.

Estuve en mi habitación gran parte del día, no hacía nada, sólo daba vueltas en ella con la mente llena de recuerdos del pasado, con un rostro rondado por mi cabeza y una sonrisa de suficiencia llenando mis oídos. De mis ojos corrían lágrimas silenciosas que aunque intentaba calmarlas estas se resistían a permanecer dentro de ellos. Me dolía su ausencia, y deseaba con todas mis fuerzas volviera como el fantasma o alma o lo que sea con lo que había vuelto para mí, pero algo me decía que eso ya no podría ser mas.

- ¡Sam!

Media docena de voces gritaron mi nombre al unísono y yo alcé la mirada. El reloj marcaba las ocho de la noche y yo tras casi veinte minutos de pensármelo bien, había decido salir de mi habitación e ir a la cocina. No era que tuviera hambre, sólo necesitaba distraerme un momento. Pero al bajar las escaleras me había encontrado con seis personas en la estancia. Mi mamá, Billy, Sherly, Chad, Brooke, y para mi sorpresa, Nathan. Brooke corrió hacia mí, impidiéndome ver algo más que no fuera su larga cabellera pelirroja frente a mis ojos. Sus brazos rodearon mi cuello y la escuché sollozar junto a mi oído.

- Lo siento... - dijo entre suspiros y sollozos -, en verdad lo siento tanto. Sé que tenía que haberte dicho esto antes de que todo pasara así, pero la sola idea de volverte a ver sufrir como aquella vez me aterraba... lo siento, Sam...

- No te preocupes, Brooke - dije a mi vez.

Mi voz se escuchó ahogada, como si estuviera recuperándome de una fuerte gripe.

- Sam...

Miré hacia un lado, mi mamá estaba tras de Brooke y al frente de los demás. De sus ojos se derramaban lágrimas y mantenía una mano frente a su boca, como todas aquellas veces que intenta no llorar y permanecer fuerte ante la situación.

- Mamá... - alcancé a pronunciar antes de caminar hacia ella y abrazarla con fuerza.

Sentía como si acabara de despertar de un profundo sueño y tuviera muchísimo tiempo sin ver a todas aquellas personas, como si no hubiera estado ahí. Pero era como si al despertar, también conmigo se hubiera despertado una gran tristeza, una tan profunda e intensa como ninguna otra; como si hubiera estado ahí dentro de mí, acrecentándose día con día dentro de mí. Me preguntaba si en aquel momento, cuando Curt acababa de morir yo había sufrido de aquella manera... Aunque... No, no había manera.

- Fred llamó ayer, unos minutos antes de que llegaras... y nos lo contó todo - exclamó la voz de Chad muy cerca de nosotros -. Está verdaderamente apenado por lo que sucedió y...

Me separé un poco de mi mamá y miré al hombre fijamente.

- Tarde o temprano tenía que recordarlo, ¿no? - exclamé encogiéndome un poco de hombros.

- Pero no de esta manera, cariño - dijo mi mamá entre fuertes sollozos que ya no ocultaban su dolor.

- Ya no importa, mamá. Curt se ha ido...

Nunca te olvidaré (COMPLETA ✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora