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Él era un estúpido

La respuesta estaba ahí, la había visto durante el receso: rubia, ojos celestes, labios rojos y nariz respingada. Cuerpo hegemónico y cumpliendo con su papel. Era bastante popular en Instagram y TikTok.

No le gustaba comparar personas, lugares, libros ni comidas, pero hoy, al verlo con ella, jugando con uno de sus bucles lo hizo. Cayó tan profundo y comparo... se comparo con ella. No tenía ascendencia alemana, rusa o polaca. Todos venían de un conjunto de raza de pelo negro, ojos negros y piel trigueña, pero con el tiempo y las cruzas entre ambos padres obtuvo pelo negro, ojos de un tono negro azulado, era mestizo. Era normal, no resaltaba, no volteaban a verlo dos veces ni tenia miles de seguidores en alguna red social porque no era alguien interesante. Era serio y muy meticuloso, no era de hablar mas de lo necesario. Era una persona tranquila.

Desde muy temprana edad se dio cuenta de su orientación sexual, pero no lo había dicho en voz alta. Quizás porque la sociedad lo juzgaría o simplemente porque no había nadie quien escuchara. La primera vez que se enamoró de alguien de su mismo sexo fue en la primaria, tenias unos once años. Se había enamorado de su compañero de clases, quien se sentaba junto a el en el salón, al principio creyó que era normal tener esos sentimientos entre amigos. Pero cuando llego el día de San Valentín, y su amigo recibió muchos chocolates tanto de las niñas del salón como de otros cursos, un nudo se formo en su garganta, que,  aunque tragase fuerte la sensación no lo abandonaba. Pronto se dio cuenta que ese nudo se debía a los celos que sentía. Nunca logro confesarse, solo su diario fue testigo de su primer amor no correspondido.

Los años pasaron y pronto se encontró en la preparatoria. Por suerte Yukie y Konoha, sus únicos amigos, habían decidido ir a la misma preparatoria. Así que el cambio de ambiente no le resulto tan brusco. El los consideraba grandes amigos, sin embargo, nunca encontró el momento para salir del closet con ellos, en realdad era una excusa barata ante su cobardía, sabía que no lo juzgarían, pero, aun así, no tuvo el valor.

Junto con Konoha durante el secundario habían jugado en el equipo de vóley, este le había insistido que se anotara al equipo de la preparatoria, pero ciertamente el azabache no le dio el gusto a su amigo. Su momento como setter habían acabado, pero eso no le impedía ir a ver a su amigo jugar junto a Yukie.

Pero volviendo al tema principal. La primera vez que lo vio fue el segundo día de su primer año de preparatoria, según el profesor, se había mudado de una ciudad vecina por lo que se le hizo imposible asistir el primer día

- Hola, soy Kuroo Tetsurou- se presento

Realmente aquel muchacho había llamado la atención de nuestro azabache, Kuroo era alto, de piel trigueña con el cabello despeinado negro, ojos marrones. Estaba seguro de que no era el único en el salón que había quedado flechado ante la belleza del nuevo, sobre todo de sus compañeras. Se sentó a un asiento de distancia de él, a su derecha. Durante el receso todas la chicas del salón se agruparon a su alrededor, preguntando si tenía novia, redes sociales, etc.

Fue ahí que Akaashi no pudo evitar compararse con su compañera de clases. Sabía que era estúpido compararse con alguien más, pero cayó en esa trampa. Pronto dirigió su mirada a la ventana, perdido en sus pensamientos autocompasivos mientras comía un onigiri.

Los días pasaban, y la popularidad de Kuroo iba más allá del salón. Además de ser apuesto, el joven formaba parte del equipo de vóley. Konoha le había contado que era bloqueador central y que rápidamente se había ganado a los mayores por su simpatía.

Todas las chicas de la preparatoria estaban interesadas en él, todas las semanas alguien se le confesaba, pero este las rechazaba con delicadeza. Según sus propias palabras, el ya tenia a alguien especial, pero esto no cambio nada, las declaraciones seguían llegando.

Era una idea estúpida [Haikyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora