dos.
Justin vaciló antes de tomar el pomo de la puerta, lo pensó varias veces porque bueno, conocía a su padre. Sin su madre allí pensaba en que ya no tendría protección porque él o era un trato frío, un trato violento o cuando estaba de buen humor, lo dejaba andar con él. Era un hombre muy exigente, no era muy afectivo, o era muy explosivo. Justin nunca le creyó a su mamá cuando le decía que quería lo mejor para él, desde su mirada infantil, no era suficiente para él e iba a pasar toda su vida intentando ganar su aprobación. Fuera como fuera, se sintiera como se sintiera. Por supuesto que Jeremy lo hacía, pero no sabía ponerse límites porque quería que todo fuera perfecto y lo lograba, a veces de formas retorcidas, pero para él eran simples métodos para asegurarse de que las cosas pasaran.
Justin abrió, Jeremy había comenzado a dejar la puerta sin el seguro, porque era posible que estuviera pasando una emergencia a su alrededor y Pattie ya no estaba para hacerse cargo por él. Tragó saliva a medida que entraba, Jeremy levantó la mirada para ver quién era y la bajó de inmediato al ver que era su hijo.
— ¿Qué pasa, Justin?
—Eh… Es… —Jeremy volvió a levantar la vista, para lanzarle una mirada a Justin. No le gustaba que balbuceara, lo encontraba una pérdida de tiempo para él, y un insulto a la vez, quería criar a un hijo con seguridad. La seguridad no se demuestra balbuceando. —Quiero hacer una pregunta. —Dijo Justin. Jeremy volvió a escribir en los papeles encima de su escritorio.
—Hazla.
— ¿Por qué hay una niña encerrada en el armario? —Jeremy terminó de leer una hoja y pasó a la otra.
—No está encerrada. —Respondió, dando la conversación terminada para él.
— ¿Por qué está allí?
—Te he dicho que no me interrumpas mientras trabajo.
—Pero… Está llorando y… ¿Qué vas a hacer con ella? —A pesar de no ver mucha televisión ni salir demasiado de la casa, Justin sabía que había gente mala. Su madre les hablaba de esas personas todo el tiempo, y sobre todo de los que roban niños. No concebía en su mente que su papá fuera una de esas personas, lo admiraba demasiado, también llegaba a aborrecerlo con todas sus fuerzas, pero definitivamente quería ser como él.
—Justin, estoy ocupado, si me sigues interrumpiendo te voy a castigar. —Respondió más rápido esta vez, aún sin mirarlo. Mientras Justin abría la puerta para irse, Jeremy habló. —Ven en media hora, exactamente media hora.
—Está bien, papá. —Dijo y salió de la oficina.
—————
Justin se levantó molesto y gruñó. Justamente el televisor estaba en el mismo cuarto que se encontraba el armario donde estaba la niña, y ella lloraba y gritaba mucho. Con la explicación que le dio Jeremy quedó más que claro que no le hizo daño, y que ella estaba asustada, pero era más parecido a su padre de lo que creía, y también se irritaba fácilmente. Y podía llegar a ser muy explosivo, también. Abrió el armario, que como dijo su papá, no estaba asegurado, él no pensó en que ella era una niña muy pequeña y que por el susto creyó que estaba allí encerrada, pensaba que era estúpida.
—Cállate. —Espetó. La niña se asustó y dejó de chillar, sin embargo empezó a sollozar. —Solo me dan una hora para ver televisión y tú la estás arruinando, eres una tonta.
—Quiero a mi mamá. —Lloró. — ¿dónde está? ¿Y mi papi? —Preguntó con dificultad.
—Tus padres murieron en un accidente y mi papá te salvó la vida, no deberías estar llorando. —Por su falta de amigos, él obviamente dijo todo lo contrario a lo que debía. Logró hacerla llorar más.
— ¡Eres un mentiroso! ¡Mis padres no murieron! ¡Mentiroso!
—Si murieron. —__________ se cubrió los ojos con ambas manos y empezó a sollozar con fuerza.
—No es verdad, no te creo. —Dijo respirando con dificultad.
—Si es v… —Allí fue cuando empezó a gritar como histérica. Justin entrecerró los ojos, estaba a punto de explotar. De hecho, explotó y empezó a gritar sobre la voz de ella, diciéndole que se callara. Ella lo hizo después de minutos, pero no por él sino porque se cansó, haciendo que la llama de Justin se apagara. —Estúpida. —Ella lloró más. Esperaba no volver a encontrarse con ese niño cruel en el resto de su vida.
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