Capítulo III

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-No hace falta que me respondas- dije enseguida.

-No te preocupes es normal que pienses eso, la culpa es mía por decírtelo el primer día que nos conocemos- se rió con nervios- No, no se lo digo a todas las chicas.

-Sonrei- Lo siento de verdad, no soy nada para hacer estas preguntas.- me levanté de mi sitio- Yo... Será mejor que me vaya, toma yo invito- le di un billete.

-No de verdad que no importa- se levanto y me cogió de las manos y me cerró la mano con el dinero- no te vayas por favor- dijo con una sonrisa caída.

-Yo...-dije mirándole a los ojos.

-Enserio que no me ha molestado la pregunta para nada, puedes estar tranquila, me has gustado por eso te invité a tomar algo.

Cuando lo dijo miró hacia abajo hacia nuestras manos y las quito enseguida, se sentó y miró hacia abajo.

-emm... Vale me quedaré un rato más - le sonreí- a mí también me gustaste.

Ya para que voy a mentir, me miró a los ojos y me dió una sonrisa.
Estuvimos hablando un rato más hasta que él pago la cuenta, nos dimos nuestros números y me acompañó hasta mi coche.

-Si quieres puedo llevarte a tu casa- dije.

-No te preocupes tengo mi coche enfrente de la floristería.

-Bueno, si quieres te acercó hasta allí- le sonreí.

-No te preocupes, tendrías que dar muchas vueltas andando sería más rápido- me miró y me sonrió- buenas noches Rachel.

-Buenas noches Saeran. - sonreí y me metí en el coche.

Al llegar a mi casa bueno a mí pequeña casa, me llamó Jumin regañandome por no haberle contestado ningún mensaje ni llamadas además de no haberle dicho que había llegado, le pedí perdón porque se veía muy preocupado y le conté todo.

-A dos bandas no Rachel- me dijo por teléfono.

-No lo haré, solo quiero conocer a los dos chicos, ¿que tiene de malo que quiera conocer a Saeyoung?.

-Tu y yo sabemos que no ves a Saeyoung como un amigo al igual que ese chico de la floresteria.

-Venga ya Jumin, déjame divertirme, deja que conozca a chicos si me gusta mucho como para tener algo serio ya yo hablaré con él, además no creo que Saeyoung quiera conmigo de esa manera, teniéndote a ti de jefe...- lo último lo dije en un susurro.

-¿Como!? Que tengo que ver yo ahora en todo esto.- dijo medio riéndose.

-Que tienes a los trabajadores trabajando todo el día, ¿cómo va a tener alguno de tus empleados alguna relación?

-Ts- contestó- es lo que hay si quieren trabajar en mi empresa, siempre se pueden ir y buscar otra cosa pero los empleados lo único que quieren es ganar dinero y por eso están trabajando aquí todo el día.

-Bueno eso ya lo veremos mañana.

-Apuesto mi Mercedes a que ese chico no te hace ni caso cuando hables con él.

-Si no me habla será porque tú lo intimidas.

-No lo conoces, ese chico no se deja llevar por mí además que cuando estamos juntos me habla como si fuera un amigo- suspiro- que cierto modo me molesta pero bueno es uno de los mejores empleados que tenemos.

-¿Que te molesta? Venga Jumin haz amigos, yo no voy a estar siempre a tu lado, algún lado me iré a trabajar lejos o me casaré o ¿Que vas a hacer cuando tenga novio y pase las tardes con él y no contigo?

-Ni de coña, a mí no me vas a dejar colgado así, tú me quieres mucho y lo sabes y además si pasa eso siempre puedo darle un millón de euros y seguro que desaparece- dijo riéndose.

-¡Jumin!

Nos reímos, estuvimos un rato hablando más y le colgé.
Hice mis cosas y me dormí.
Al día siguiente tenía universidad, un poco aburrido aunque con mi amigo en algunas clases se me hacían cortas.

Llegó la tarde, estaba arreglándome pero no tanto, tampoco quería aparentar algo que no era. ¿Si estaba nerviosa? Sí claro, el chico de primeras me encantó.
Me puse unos pantalones vaqueros, una camisa de manga larga y cuello alto para que se fijara en mi figura y unas botas altas con plataforma con un bolso negro normal.

Pasé por la floresteria pero como no estaba afuera Seran y iba con primas pasé de largo aunque a la vuelta iría a verlo.
Llegué a la empresa y suspiré antes de entrar, muchos empleados se fijaban en mi, claro no iba como las otras veces, casi siempre usaba deportes con sudaderas, sin maquillaje y un moño, vamos lo primero que cogía.
Sinceramente tampoco me desagradara que se fijarán en mi, dios sabe el tiempo que llevaba sin arreglarme solo yendo a la universidad.

-Perdona ¿quién es usted?- Dijo una de las secretarias que estaba allí.

-Soy Rachel Wellesley- dije sonriendo.

-Lo siento no la había reconocido, viene a ver al señor Han, ¿No?

-Si.

-Bueno ¿hace falta que la acompañe?

-No hace falta, me sé el camino de memoria- me reí un poco.

-Vale, que tenga buena tarde señorita- dijo con una gran sonrisa.

-Igualmente-.

Subí las escaleras y cuando llegue arriba de todo me puse en la barandilla mirando si había alguna cabeza roja por algún lado pero desgraciadamente no estaba por ningún lado.
Llegue al despacho de Jumin y toqué la puerta, el me dio un adelante y entre.

-Ya estoy aquí- grité.

-Oye no grites- dijo Jumin otra vez sumido en sus papales.

Me miró y arqueó una ceja.

-Creo que vas muy guapa para tomar un cafe- se rió en toda mi cara.

-¿Gracias? No se cómo tomarme esa risa.

-Sabes a un chico le gustas le gustas aunque lleves esas sudaderas anchas que siempre llevas- dijo mirando otra vez sus papeles.

-Ya ya sé que yo te gustó con esas sudaderas pero quería darle buena impresión a Saeyoung.

-Otra vez con lo mismo, no. me. gustas. Creída. Además cuando os vistes ya llevabas una de esas sudaderas.

-Bueno da igual, vamos Jumin que quiero tomar ese café.

-Sabes que estoy ocupado, ve a buscarlo y dile que yo me atrasare- dijo sin mirarme.

-¿De verdad me das permiso para interrumpir su trabajo?- dije sorprendida de lo que me había dicho.

-Venga ve antes de que me arrepienta- dijo sonriendo pero sin mirarme y firmando algo.

-Te quiero Jumin- dije con alegría.

-Yo también Rachel- me dijo mirándome y con una sonrisa.

Abrí la puerta y fui a buscarlo a todas partes con una sonrisa en mi cara.

¿Uno de los dos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora