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La conexión del cielo estrelladoEstos recuerdos me mantienen vivo

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La conexión del cielo estrellado
Estos recuerdos me mantienen vivo

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3 de julio, 9:00 AM

Tal y como prometió, a la mañana siguiente, Bokuto se apareció en el hospital tan pronto como la hora de visitas empezó y volvió a abalanzarse a su cama para saludarlo.

—¡Akashi! ¡Hoy te extrañé más que ayer!—lloriqueó en voz alta. Akaashi sin embargo recibió su abrazo gustosamente.

—También te extrañé, Bokuto-san.—realmente aunque lo que decía Bokuto no tenía sentido, siempre le enternecía esa parte de él. Koutarou pareció desanimarse un poco porque le contestó con voz cansada, pero supuso que no era su culpa, si no de su enfermedad.

Minutos después, Kuroo entró a la habitación para saludarlo mientras Kenma se escondía tras su espalda.

—Hola, Kuroo.—Akaashi aún no sabía porque Kozume seguía teniendo esa actitud tan tímida y a la vez interesada en él, pero de todos modos se aseguró de saludarle.—¿Cómo va todo, Kenma?

Kenma se aferró a la chaqueta de Kuroo, haciendo un mohín.

—Supongo que... las cosas podrían estar mejores.—dijo en un susurro cansando.

—Escuché que estás faltando a la escuela.—Bokuto se lo había dicho la tarde anterior, y básicamente le había puesto al día de todo lo que se había perdido. El menor se encogió todavía más en su lugar.—Debes tener tus razones, pero no deberías descuidar los estudios.

—Lo sé.—se apresuró a contestar.—Es solo temporal.

—Está muy misterioso últimamente.—dijo Kuroo, luego le revolvió los cabellos y con un empujón, le animó a acercarse. Dudando un poco, Kenma terminó por pararse a un lado de su cama, con la vista hacia el suelo. Kuroo también terminó por acercarse y puso sus mano sobre los hombros del menor, para evitar que se alejara.—Pero no se preocupen, prometió que después del tanabata nos dirá que le pasa. Lo que me recuerda, Akaashi, no hagas planes la madrugada del siete de julio.

Nuestro universo | Bokuaka y Kuroken Donde viven las historias. Descúbrelo ahora