Amor Inesperado

Capitulo 19

Luego de algunos minutos caminando, llego al hogar de la gótica, la madre de esta lo dejo pasar, camino hacia la habitación de esta y antes de entregar tocó la puerta.

- ¿Quien? - pregunto la gótica desde adentro. El pelirrojo rodó los ojos divertido.

- Tu mejor amigo del mundo - dijo el pelirrojo, la gótica abrió y sonrió, la rubia de ojos azules estaba dentro.

- Hola - saludo la Lavillint, con una sonrisa. El pelirrojo le devolvió la sonrisa.

- Hola Rose, y bien, ¿Nos vamos ya? - pregunto el Kurtzberg, la gótica paso aun lado de el.

- Solo termino de ponerme los zapatos y ya - decía la Couffaine, sentándose en la cama, poniéndose los zapatos. Segundos después la chica estuvo lista, salieron de la casa, rumbo al nuevo lugar.

En otra parte.

Con Chloe, ella estaba en su suite, arreglándose. Eligió unos jeans de mezclilla, una blusa color turquesa junto a una chaqueta blanca, y zapatos planos en color negro. Su cabello, lo recogió en la típica coleta alta solo que sin las gafas de sol. Sin maquillaje en su rostro. Estaba lista, aun faltaban algunos minutos para que la hora acordada llegará, por lo tanto se puso a revisar sus redes sociales, dónde solo encontró rumores de algunas estrellas, escándalos y mentiras descubiertas. Alguien tocó su puerta, sonrió y dejo su teléfono a un lado, se paro del sofá dónde estaba sentada, se dirigió a la puerta y abrió, dejando ver a un pelinegro, vistiendo unos jeans un poco ajustados de color negro, rasgados de algunas partes, una playera básica en color blanca junto a una chaqueta negra de cuero con algunos cierres a los costados y unas botas estilo militar en color negro. El chico en sus manos traía lo que parecía ser una caja de chocolates, de la chocolatería de los padres del chico para ser exactos.

- Hola, ten, espero te gusten - dijo el pelinegro, extendiéndole la caja de chocolates, la rubia la acepto gustosa.

- Muchas gracias - agradeció la Bourgeois, dejo los chocolates en un pequeño mueble que estaba al lado de la puerta y dirigió de nuevo su mirada a el. - ¿Nos vamos?

El pelinegro asintió, ofreció su brazo a la Ojiazul, está lo tomo un tanto tímida y caminaron fuera del hotel. En la entrada, estaba estacionado el auto del chico, este abrió la puerta del copiloto, invitando a entrar a la rubia, ella entro y abrochó el cinturón de seguridad, el pelinegro dió la vuelta al auto y entro en el asiento de conductor, también abrochó su cinturón de seguridad. Encendió el auto y puso marcha rumbo a la cafetería, ninguno hablaba, pero era un silencio cómodo.

- ¿Quieres poner música? - pregunto el pelinegro, la rubia asintió con una sonrisa en el rostro y encendió el radio, le cambió hasta encontrar una estación agradable, la música era lenta y relajante.

Algunos minutos pasaron y por fin llegaron, estaciono frente a la cafetería. Salieron del auto, la rubio contemplaba todo con maravilla, era una cafetería con la impresión de ser de los años 80's, muy bonita a decir verdad, había unas mesas afuera, y decidieron sentarse en una. El ordeno una rebanada de pastel de chocolate y ella solo un café con dos de azúcar. Hablaban animadamente, reían y hacían bromas. Les dieron lo que pidieron y el Ferruci antes de probar su rebanada de pastel le invito a la rubia.

- Creo que últimamente eh comido mucha azúcar, mejor no, gracias - dijo la rubia con una sonrisa, el pelinegro tomo un poco de pastel y lo llevo a la boca de la rubia, ella la abrió segundos después y degustó el pastel. Realmente era bueno, se atrevería a decir que mas que el que su propio Chef preparaba exclusivamente para ella.

- ¿Y? ¿Te gustó? - pregunto el pelinegro, la rubia se había quedado sin palabras, luego reaccionó y asintió repetidas veces con la cabeza. El pelinegro soltó una risita por tal acción - Danna amara este lugar, le gustan mucho los lugares como este - mencionó el Ferruci.