PRINCESS ━ MINSUNG

¡ uno !

Jisung iba caminando despacio, viendo la chistosa forma en la que el colgante de sus botitas blancas se movía cada vez que daba un paso. No era demasiado consciente de su alrededor, por eso, le fue imposible guardar el grito que salió de su boca cuando Jeongin, su mejor amigo, apareció por detrás, abrazándolo con fuerza. 

—Innie—exclamó cuando logró calmar los latidos de su corazón—, ¿qué pasa?

Les faltaba menos de dos cuadras para llegar al colegio, con cada paso que daban, veían más y más alumnos. Jisung no entendía del todo por qué se veía un amontonamiento de muchachas en la entrada de la institución, pero al parecer, Jeongin sí.

—Es hoy, Sung.

—¿Qué cosa? —preguntó, observando a su amigo a la vez que peinaba sus cabellos rubios y acomodaba sus anteojos redondeados sobre el puente de su nariz. 

—¡Jisung! Te lo recordé ayer antes de irme a dormir.

El muchachito se encogió de hombros, dando a entender que no había forma de que recordase sobre lo que hablaba. Jeongin rodó los ojos, tomando la mano de Jisung para caminar más rápido hacia el colegio. Y Han se dejó llevar, a sabiendas de que si no fuera por el adolescente hiperactivo que tenía como mejor amigo, él no se enteraría sobre nada que sucediera en el colegio. 

Antes de que pudiera darse cuenta, ya se encontraban en la entrada de la institución, rodeados de muchachas alteradas con sus celulares en las manos. Jisung observó a Jeongin confundido.

—¡Hoy llega Knowie a nuestro colegio! —explicó, como si Han supiese qué demonios era un Knowie— Lo expulsaron de su colegio anterior y se inscribió en este. ¡Va a ser tu compañero!

Jisung se encogió de hombros.

—Voy a irme al salón. Nos vemos en el descanso, ¿sí?

Yang asintió y soltó la mano de su mejor amigo, dejándolo ir. No podía entender cómo es que Jisung no era consciente de que el chico más caliente y excitante de las redes sociales sería su nuevo compañero de curso. 

Por su parte, Jisung acomodaba sobre su escritorio sus cuadernos y lapiceras de colores, sonriendo para sí mismo cuando notó que, inconscientemente, había colocado sus resaltadores en el orden de los colores del arco iris. 

Estaba mirando desinteresadamente la pantalla de su celular cuando los gritos lejanos llegaron a sus oídos. Observó por la ventana a que se debía el griterío, y a decir verdad, se quedó boquiabierto cuando vio a Jeongin liderando un grupito de muchachas con su celular en la mano, al parecer grabando al muchacho que caminaba por el pasillo como si el mundo le perteneciera. 

Jisung enarcó una ceja y se sentó. ¿Ese era el tal Knowie del que su mejor amigo supuestamente tanto le habló?

Tomó su celular nuevamente y encendió su reproductor de música, restándole importancia al caos que tomaba parte fuera del salón de clases. Decidió saltarse la formación inicial del día, había varios alumnos que lo hacían, y además, sentiría frío porque el buzo amarillo que llevaba no era muy abrigado. 

Training Wheels sonaba de fondo a un volumen realmente bajo, mientras garabateaba en una hoja tiernos ositos con una lapicera color rosa bebé. Estaba muy inmerso en la canción cuando una voz lo tomó por sorpresa.

—Buenos días, princesa.

Jisung giró el rostro confundido, buscando en el salón otra persona que pudiese ser la destinataria de ese apodo. Levantó la vista, frunciendo el ceño cuando el muchacho del pasillo se paró frente a él. Vestía una campera de cuero negro sobre una remera blanca con dibujos oscuros, y tenía las manos dentro de los bolsillos frontales de un jean también de tonalidades oscuras. Jisung lo analizó unos segundos, arrepintiéndose cuando vio el piercing en un lado de su nariz y el tatuaje de una víbora en su cuello, junto con varios aros plateados en su oreja derecha.