El día malo, muy malo, tan malo de Jisung, seguía empeorando. Se arrepentía enormemente de no haberse fijado cuál era la fecha de vencimiento de la leche que había utilizado para realizar el licuado de banana, porque en ese caso, no estaría en medio de la clase de matemática con un dolor de barriga insoportable.
Él se consideraba una persona muy sana, pero cuando enfermaba de una mínima cosa, todo su cuerpo le pasaba factura. Por eso, estaba seguro de que en cualquier momento su cabeza comenzaría a doler, y por algún motivo, también levantaría fiebre.
Debía irse del colegio mientras aún podía caminar las cuadras que lo separaban de su hogar.
El timbre del recreo se hizo esperar, pero a penas sonó, guardó rápidamente las cosas en su mochila.
—¿A dónde vas tan apurado, princesa? ¿Te gustaría desayunar conmigo en la cafetería?
Jisung se odiaría a sí mismo si admitía que se moría de ganas por desayunar con Lee Minho.
—Gracias, pero paso —dijo a la vez que colgaba la mochila a través de uno de sus hombros—. Necesito irme.
—¿Por qué? —Minho lo siguió entre los pupitres, y luego por el patio de la escuela— ¿Te pasó algo?
Jisung frenó en seco y dio media vuelta para poder enfrentarlo.
—Me siento mal, y seguro en media hora me sienta peor. Así que me voy a casa a descansar.
—¿Están tus padres?
El menor lo observó confundido.
—¿No..?
—Entonces te acompaño, princesa.
Jisung no tuvo oportunidad de negarse, porque ni bien Minho terminó de hablar, le quitó su mochila sonriéndole suavemente y comenzó a caminar.
—Está bien, pero que conste que es porque no tengo energía para negarme.
Minho soltó una risita, y siguió a Jisung por el patio y la salida del colegio. A lo lejos, lograban oír algunos suspiros ahogados y comentarios esporádicos, obviamente refiriéndose a Jisung caminando junto a Knowie.
Jisung lo sabía muy bien. ¿Cómo diablos había terminado él caminando junto a un chico tan bello como Minho? Lo que aún no sabía del todo bien, era si realmente le gustaba llamarlo princesa o si lo hacía para luego reírse de él junto a sus amigos. Odiaría ser el hazme reír del colegio, o que los ojos de los demás se posasen sobre él en forma de burla.
Ahuyentó esos pensamientos y continuó con su paso acelerado. El camino hacia el hogar de Jisung fue considerablemente rápido, dado que el menor moría de ganas por llegar. Para su suerte, Minho no lo llamó princesa durante cuatro cuadras, pero a la quinta, evidentemente no pudo aguantarse más.
—¿Cuánto falta, princesa?
—Sólo un poco.
Una vez llegaron a su hogar, Jisung se encargó de abrir la reja, sin permitir que su perrito saliera.
Era una casa de dos pisos, pequeña, pero suficiente para albergar a la familia Han y al husky blanco de ojos celestes llamado Shini. Algunas flores rojizas y amarillas adornaban la entrada, y sobre un pequeño bloque de pasto reposaban una bicicleta y un par de rollers azules.
Jisung sabía que su casa no era un tercio de lo que podría ser la de Minho, pero aún no la conocía, y también tenía la adorable idea de que su hogar era tierno, ordenado, y extremadamente limpio. Si tenía suerte, Minho no encontraría nada para juzgar.
Al abrir la puerta de entrada, le indicó a Minho el camino hacia su habitación, y al llegar, señaló la silla.
—Podes dejar la mochi por ahí.
Minho acató la orden, a la vez que Jisung se recostaba sobre su cama.
—¿Seguís sintiéndote muy mal, princesa?
Jisung rechistó por lo bajo.
—Si, bastante —luego de estirar sus piernas, volvió a hablar—. No tenías por qué saltarte el colegio por mí hoy.
—No quería que estuvieses solo sintiéndote mal.
Jisung lo observó por un momento.
—Tampoco es para tanto, creo yo. Y además, para esta noche ya debería estar sintiéndome mejor.
Minho se encogió de hombros y tomó asiento a los pies del muchacho. Se tomó unos minutos para mirar toda la habitación, la cantidad de libros con enormes lomos en las blancas estanterías, el escritorio de vidrio sobre el cual reposaba un gigante monitor y un teclado que emitía luces. Sobre él, una repisa con fotos, papeles escritos a modo de recuerdo y pequeñas plantas de fácil cuidado. La silla frente al escritorio parecía muy cómoda, con espacio para reposar el cuello y un extra para estirar las piernas. Podía imaginarse miles de formas en las que Jisung se acomodaría ahí en las noches estudiando, o quizás utilizando esa despampanante computadora.
—¿Buscás algo?
Minho volvió su vista a él.
—No te imaginaba como un chico gamer.
Jisung soltó una risa.
—Aunque me da un poco de pena admitírtelo, me gusta mucho, si. Prefiero los juegos en línea, para jugar en grupo o batallón. Cuando me canso construyo casas o lo que sea —Jisung sintió vergüenza al darse cuenta de todo lo que había dicho—. Me relaja, un poco.
Minho lo miró de reojo.
—Sos muy lindo, princesa.
Minho observó como con el pasar de los segundos, el color carmesí se adueñaba de las mejillas del muchacho. Tenía una cara agradable de ver, armoniosa e inocente.
—Deberíamos hacer un video para mis redes —comentó, mordiendo la uña de su dedo índice—. Digo, cuando te sientas mejor. Haciendo algún baile, o imitando un audio. La gente va a volverse loca al verte —Jisung no parecía muy entusiasmado , pero sin embargo ponía atención a cada palabra que salía de los bonitos labios del bonito muchacho—. Y quién te dice, quizás hasta puedas hacerte un poco famoso.
Jisung frunció el ceño.
—Creo que no es de mi interés.
Minho se encogió de hombros y se arrimó hacia el muchacho recostado.
—Verás que sí. Nadie podría resistirse a un chico tan lindo —el dedo índice de Minho golpeó con suavidad la nariz de Jisung—. Cambiando de tema, ¿te gustaría que te traiga un té?
Jisung asintió.
—De manzanilla. Y también, ¿podrías abrirle la puerta a Shini para que entre? Y nos hace compañía.
Minho sonrió, y sin decir más, salió de la linda habitación. Ahora sólo debía buscar las cosas para prepararle el té a su princesa.
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PRINCESS ━ MINSUNG
أدب الهواة♡.'- ❝Minho amaba decirle 'princesa' a Jisung.❞ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤlee minho & han jisungㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ♡; romance, soft, fluff +16, little drama, comedia ♡; inicio- ©3FACHAS