Capítulo Único

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¿Qué si tuve esta idea mientras hacía mis prácticas de yoga? Sip, así es.

¡Disfruten!

(La imagen de portada pertenece a hnkm_lux17 en twitter. Ni siquiera sabía cual usar, qué desesperante)

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Kojiro mantiene su cuerpo tonificado, en el que ha estado trabajando desde que se gradúo de la secundaria, en uno de los gimnasios más prestigiosos y caros de la ciudad. No es exagerado decir que es muy popular entre los demás asistentes, especialmente con las mujeres, y a Kojiro le gusta recibir la atención de tantas féminas esbeltas... Sin embargo, esto cambia cuando un día echa un vistazo al salón dedicado al yoga.

El local es amplio y muy variado, contando con distintas actividades para ajustarse a las necesidades y los gustos de la gente, y así como hay máquinas grandes y robustas también cuenta con un salón cerrado que te transporta a la más pura paz; suelo de madera, paredes decoradas de pergaminos con exquisita caligrafía y techo de colores claros.

Las clases de yoga son muy populares ¡Siempre llenas de asistentes de todas las edades! Pues su instructor, aunque estricto por lo que se dice, es dedicado y muy sabio. Kojiro nunca le había puesto cuidado, poco interesado en esa práctica tan opuesta a su rutina de ejercicios, hasta que casualmente da una ojeada al cristal transparente que le permite ver más allá... Especialmente al hombre de cabello rosado enseñando a sus estudiantes. Su corazón se agita fuertemente en su pecho, como si amenazara con salir e ir directamente hacia donde está mirado, pero piensa que se debe al intenso ejercicio que acaba de hacer.

A partir de ese momento Kojiro se vuelve más atento a la dinámica dentro del salón de yoga.

Su primer pensamiento es la curiosidad. Es un deporte nuevo para él, que no se había molestado en considerar, y una vez lo detalla en varias oportunidades, incluso comienza a ejercitarse cerca al salón para seguir husmeando de lejos, está curioso por conocer esa práctica que llama a la calma... Y a su instructor que por alguna razón no puede dejar de mirar.

A pesar de que el hombre de cabello rosado es joven, y bastante simpático, realmente tiene muchísima experiencia en el área. Kojiro ve como da su clase pausadamente, enseñando cada movimiento con suma paciencia, y como se ocupa en corregir y atender a cada uno de sus estudiantes, bastante dedicado y comprometido con su labor. A Kojiro le gusta mirar luego de una serie de ejercicios, mientras bebe agua y se seca el sudor, haciéndolo sentir tranquilo con solo un vistazo.... ¿Realmente será tan relajante como se ve?

Entonces, como persona que no puede contener un impulso por más pequeño que sea, se acerca despreocupadamente a la guapa recepcionista a pedirle información.

Sakurayashiki Kaoru es el nombre del aclamado instructor. Más de diez años de carrera, comenzando desde muy jovencito, y con conocimientos tomados de distintas partes del mundo ¡De verdad es un maestro prestigioso! A Kojiro no le extraña todo el profesionalismo que este desprende. Y sabiendo que es una persona muy preparada, haciendo creer su intriga y sus ansias por ir más allá, no lo piensa más y elige tomar una clase...

-Olvídalo. Esa musculatura absurdamente desarrollada no es apta para este arte.-

Solo para ser rechazado vilmente por la lengua afilada del mismísimo instructor. 

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Por lo general Kojiro se dedica a entrenar por las mañanas, antes de su jornada de trabajo, pero debido a un cambio de horarios de ese día asiste al gimnasio en la noche. Pocos tienen la disciplina para ejercitarse a esas horas, falta de tiempo o simple flojera, y por ello el lugar se encuentra bastante solitario para lo que Kojiro acostumbra. Se ocupa de su entrenamiento rápidamente, sin nadie que lo distraiga, y cuando sube al segundo piso no se contiene en echar un vistazo al salón de siempre sin esperar encontrar algo... El destino lo cachetea.

La postura correctaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora