Capitulo 24

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Micaela

-Micaela tu teléfono suena- Erin me alcanzó

-¿Por qué tenías mi teléfono? - lo agarre

-Lo dejaste en la banca

-Ahh gracias - leí la pantalla, era un mensaje de Isra avisando que ya vine y también me di cuenta que tenía tres mensajes más de Alejo que se me habían olvidado responder

-¿Algo interesante? - Erin me dirigía mientras yo miraba el teléfono

-Se me olvidó responderle a Alejo

-Así como traes de revuelta la cabeza estoy seguro que se te han olvidado mil y un cosas más

-Es que no me alcanza el tiempo para hacer todo - dije mientras le respondía a Alejo

Micaela: Hola Ale discúlpame por no responder, estoy en esos días que quisieras tener más horas para que puedas hacer todo

Alejo: No te preocupes, a veces pido días más largos para hacer todo pero también quiero que acaben rápido porque son super cansados

Micaela: No comprendo cómo logran equilibrar su vida amorosa, social, laboral, académica y además tener tiempo para relajarse

Alejo: Jaja, llevó 24 años intentando descifrar eso

Le iba a contestar pero una voz interrumpió mi acción

-Guarde el teléfono porque va a haber examen - el profesor me sonrió

-¿Otra vez? Profe - voltee los ojos en broma y me senté en la misma banca de siempre

-Tengo que hacerles otro para ayudarlos porque no dan una - camino hacía su escritorio y me miró divertido - Y más tú Rugeiro ni un punto tuviste

-Eso ni usted se la cree, sabe que saque todo bien - continúe con el juego

-Ya veremos - rió y se puso a leer unas hojas de su escritorio

-Le gustas - Erin me susurro

-Claro que no - negué mientras desbloqueaba mi teléfono

-Ve como te mira - voltee rápidamente a ver al profe y me estaba mirando pero al instante esquivó mi mirada

-Estas loco, solo es porque nos llevamos super bien - volví a mirar al profe, efectivamente me llevo muy bien con él, lo conozco desde que entré a la Universidad y nos hemos llevado muy bien desde primer semestre; a pesar de ser profesor no es lo que ustedes piensan, el típico profe ya viejo que no le interesa nada de sus alumnos y solo va a dar clase. Él es todo lo contrario, tiene 32 años, bien parecido -pero no es mi estilo-, inteligente, divertido, agradable y sobretodo dedicado a lo que hace, que es dar clases, lo hace bastante bien

-Te perdiste mirando al profe - me molestó

-Claro que no - voltee los ojos y me dispuse a escribir en la libreta

(...)

Cuando salí de la escuela Isra me estaba esperando, tal y como lo habíamos planeado, él iba a venir por mí e íbamos a ir comer. Básicamente la comida es el pretexto para ponernos al día con todo lo que ah pasado en nuestras vidas desde que nos distanciamos.
Apesar de que estoy a tope de actividades decidí aprovechar que mi jefe está semana se fue de viaje, igual es mi última semana antes de ir a Canadá.

-¡Hola! - me abrazó

-Se me hizo eterno el tiempo desde que me avisaste que ya venías para acá - sonreí

-El tráfico es eterno

-Lo sé, lo sé y más si veniste en Uber - comenzamos a caminar

-Cuando no manejas se siente mucho más tardado

Tropezando con el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora