Capítulo 11

20 1 0
                                    

Micaela

-Entonces ¿Vamos a ir al cine? - Alejo me abrió la puerta

-Si estaría bien - me subí a su auto

-Sabes ¿Si hay buenas películas? - pregunto cuando entro

-Hay una de terror que dicen que está muy buena - mencioné recogiendome el cabello en un chongo desarreglado

-Perfecto - me miró y tomo un mechón que me calló al costado de mi rostro y lo paso para atrás de mi oreja - ¿Cómo te fue hoy?

-Estuvo pesado pero muy entretenido, me tocó actualizar las notas de los viejos expedientes de mi jefe - comenté emocionada

-Y ¿Qué se hace exactamente? - pregunto saliendo del estacionamiento del lugar donde trabajo

-Pues básicamente paso a la computadora las notas que escribe el doctor Max, pero en ese proceso tengo que ver el progreso que ha tenido a lo largo de las citas el paciente

-O sea que tú haces un análisis de las notitas - me miró por un segundo y después vió hacía el frente

-Exacto, esto comúnmente lo hace el que tenga el caso pero como ejercicio para practicar Max me deja hacer eso, claro que al final el lo revisa y hace el correspondiente análisis

-Ahh ya entiendo, es una buena práctica, te guía a lo que un día tú vas a hacer - me miró - ¿Por qué decidiste estudiar psicología?

Pensé mi repuesta, se me venían tantas cosas a la mente que no sabía que decirle.

-No sé, en realidad hablar con las personas y que se desenvuelvan conmigo siempre a sido mi "don" - hice comillas - por ejemplo así como tú puedes cantar y llegar a unas notas impactantes, yo puedo comunicarme y hacer que las personas expresen sus sentimientos

-Es un talento nato - me sonrió - ahora que lo pienso si eres el tipo de persona que transmite mucha confianza

-Gracias - me sonroje

-Hablo enserio, es muy difícil que yo hablé mucho, por lo regular soy muy tímido

-No es cierto, siempre que te veo hablamos mucho - reí levemente al igual que él

-Te lo juro, hablar con alguien que llevó muy poco tiempo conociendo me cuesta trabajo

-Pero ¿cómo vas a ser tímido si tocas enfrente de millones de personas? - seguía incrédula

-Te lo pondré así, tú ¿Puedes hablar muy bien con la gente? ¿Te da pena? - espero mi respuesta

-Para nada

-Bueno pero ¿Puedes pararte en un escenario cantar y tocar para muchas personas?

-Moriría en el intento - reí comprendiendo su punto

-Entonces eso para mí equivale a todo lo contrario ¿Me entiendes? - asentí - Hablar con las personas me cuesta trabajo pero cantar y mostrar mi música me llena

-Comprendo - asentí - Pero insisto cuando estamos juntos hablas mucho

-Te confesaré que en nuestra cita, culpe a los shots de tequila porque la plática fluyó tan natural

-Entonces ¿Fue por el alcohol?

-No, para nada - se detuvo en el rojo - Fuiste tú, eres diferente

-Diferente ¿Cómo? - jugué con mis dedos

-Ajá, o sea - hizo una pausa - Siento que te puedo decir todo y que siempre me vas a responder con algo interesante

-Me pasa lo mismo contigo, así como si nunca se fuera a acabar la plática

Tropezando con el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora