#11: Ra

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† Harry’s POV †

—Señor, encontramos algo —la voz de uno de mis trabajadores me sobresaltó.

Dejé la pala en el agujero que estaba cavando. Limpié algo de tierra que se encontraba en mis manos y procedí a acercarme a ellos. Miraban asombrados lo que sea que estuviera en el suelo.

Uno de ellos se agachó para recoger el objeto. Cuando llegué allí el hombre me mostró un pequeño collar que a simple vista se notaba que era de oro y tenía un precioso rubí en el medio. Me lo entregó totalmente sorprendido.

En cuanto el collar tocó mis manos, esté se volvió de un rojo intenso, como el fuego. Todo mi equipo de búsqueda soltó jadeos entrecortados.

— ¿Hay algo más? —pregunté estupefacto.

—Hay un papel —dijo alguien desde atrás.

Me di la vuelta para observarlo y, en efecto en el hoyo se encontraba un pequeño trozo de papel perfectamente doblado por la mitad. Con algo de cautela procedí a tomarlo. Lo que más me sorprendió fue que en él se encontraba mi nombre.

— ¿Qué tiene el papel, señor? —preguntó un hombre —Se ha puesto pálido.

—Tiene escrito mi nombre —murmuré incrédulo.

Jadeos sorprendidos se escucharon por todo el lugar para luego caer en un incómodo silencio.

No podía hablar, estaba atónito. Si bien dije que nada de lo que existiera en Egipto me podría sorprender creo que cambié de idea en cuanto conocí a __________.

— ¡Harry! —un agudo chillido me sacó de mis divagaciones — ¡Amorcito!

¡No, Dios mío! ¡No!

Cerré los ojos esperando que todo fuera una pesadilla. En lugar de eso sentí unos brazos rodeándome el cuerpo y el característico perfume caro de Lindsay.

De inmediato me aparté de ella y escondí el collar en mi bolsillo. Sabía lo codiciosa que esa loca podía llegar a ser y por nada del mundo le iba a dar algo tan valioso.

— ¡No sabes lo emocionada que estoy de verte! —chilló nuevamente.

—Baja la voz, Lindsay —gruñí —Mis hombres están trabajando.

Le dio una rápida inspección al lugar para luego hacer una horrible mueca y rodar los ojos. Me detuve a analizarla y pude comprobar que sus rizos rubios caían perfectamente alineados en su espalda, tenía un corto vestido negro y completaba su atuendo con unos tacones de diez centímetros.

—Demonios —suspiré frustrado —Esto no es una maldita fiesta.

— ¡Solo quería darte sorpresa! —sollozó.

Vaya sorpresa.

—Siempre me tratas mal —comenzó a llorar desconsoladamente.

Era tan buena actriz.

—Lindsay…. —traté de hablar pero ella me interrumpió.

—No —negó fervientemente con la cabeza —Mejor me voy.

Sin duda alguna les estaba dando un buen espectáculo a mis trabajadores.

Irguió la barbilla y se dispuso a alejarse moviéndose exageradamente. Iba tan concentrada en tratar de parecer digna que no se fijó en uno de los tantos hoyos que fueron excavados esta mañana. Cuando traté de advertirle era demasiado tarde pues Lindsay ya estaba en el suelo gritando y maldiciendo a todos.

Me esforcé mucho para no soltar una carcajada y por la expresión de todos en lugar pude darme cuenta que hacían lo mismo. Una pequeña risa escapó de mis labios y de inmediato Lindsay me fulminó con la mirada.

Me acerqué con pasos lentos hacia donde se encontraba. Le extendí mi mano para que la tomara y así lo hizo. Pero al ponerse de pie un chillido de dolor salió de su garganta. Al parecer sus tacones provocaron que se doblara el pie.

—A eso era a lo que me refería —dije rodando los ojos —No debiste venir vestida así, Lindsay.

—Entonces ¿No te molesta que haya venido? —susurró deslizando sus uñas rojas por mi pecho.

La respuesta inmediata era sí, pero decidí ignorar la pregunta.

—De todos modos ¿Cómo llegaste hasta aquí? —pregunté, separándola de mí.

—Tengo algunos contactos —sonrió.

La miré con el ceño fruncido pero no dije nada al respecto. La ayudé a caminar hasta un lugar apartado y una vez ahí me dispuse a librar a sus pies de los molestos tacones. Me agaché para realizar esa tarea y cuando estaba a punto terminar sentí una presencia a mis espaldas.

—Vaya, vaya —una voz profunda y maliciosa llenó el espacio —Miren lo que tenemos aquí, el pequeño Harry cambiando a Bastet por una humana insignificante.

Giré rápidamente encontrándome con un hombre de duras facciones. La sonrisa en su rostro era perversa y vestía una túnica totalmente negra. En su mano descansaba un cetro con la cabeza de un halcón de plata en él.

Según lo que sabía de la mitología egipcia este era el dios….

—Ra —murmuré sin aliento.

— ¿Me conoces pequeño Harry? —rió —Me siento alagado.

—Eres el padre de Bastet —gruñí.

—Sí y estaba dispuesto a dejar que me llamaras suegro —su voz destilaba sarcasmo —Hasta que te vi con esa chiquilla insulsa.  

Miré a Lindsay, quién temblaba de los pies a la cabeza y estaba totalmente lánguida.

—Ella no tiene nada que ver en esto —dije esperando que me crea.

Me dio una mirada incrédula para luego evaporarse en el aire. O al menos eso era lo que creía hasta que escuché el grito de Lindsay. La tenía agarrada por el cuello apuntándole con el cetro que desprendía flamantes llamas rojas.

— ¿No? —preguntó —Entonces no te importará que su cabeza sea mi próximo adorno.

—No le hagas nada —murmuré acercándome —Ella no ha hecho nada malo.

— ¿No es tierno? —le susurró a Lindsay —El pequeño Harry te está defendiendo.  

El terror se apoderó de ella. Comenzó a llorar rogándole que la suelte. Eso pareció enfurecerlo porque enseguida la sujetó con más intensidad mientras acercaba peligrosamente el cetro hacia su rostro.

— ¡Basta! —grité —Al que quieres es a mí, suéltala.

— ¿Estarías dispuesto a sacrificarte por ella, pequeño Harry?

—Sí.

—Bien, eso era lo que quería escuchar —la soltó y se acercó a mí.

Lo último que recuerdo es un fuerte golpe en mi cabeza.

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Capítulo dedicado a: @ShatsyVallejos

Multimedia: Ra

Besos xx.

Illusion |Harry Styles Fanfic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora