El tren como todos los días, es un largo recorrido para llegar al club Ondina, quedaba en las afueras de la cuidad de Moscú y era la última parada que el tren hacia luego de regresar, la ruta era pasar por la plaza y luego de dos horas estaba yo parada frente a la puerta del Club, le llamaban así porque alrededor tenía una variedad de lagos y aguas dulce, que verlo era fantástico, todo era perfectamente equilibrado con la naturaleza, las aves, los árboles, los caminos vecinales, eran una maravilla.
Era un club con algunas cabañas de dormitorios, tenía un amplio jardín justo detrás del portón de entrada y amplios caminos de ladrillos que le daban ese aspecto antiguo clásico. Mire las grandes puertas que se encontraban justo delante de mí tome una bocanada de aire, llene mis pulmones lo máximo y entre a mi destino. El lugar produce sensación de quietud, calma, tranquilidad. También de soledad, pues no se ve ningún rastro de algún movimiento cerca. Puede parecer que se acaba el verano y llegan los primeros días del cambio de estación, de una manera serena y absolutamente natural.
Me senté en unas de las sillas que quedaban no muy atrás y esperé... Mi madre siempre me ha dicho que antes de comenzar el primer día, nos dan una charla, así que por una hora esperen la tan aclamada charla. Escuchada por muchas, repetidas por pocos.
Una hora después apareció un hombre vestido de negro con varios puntos rojos sin orejas de rostro cuadrado y piel super pálida, parecía una señal de mando y una mujer muy elegantes de rasgos caucásicos, su cuerpo es tonificado y bien curvilíneo sin exagerar, su maquillaje tenía ese brillo y sus ojos eran de varios colores que al verlos producían una sensación de espanto y varias piedras negras en los costados del rostro; mi tono de piel era más mediterránea o americana con risos y ojos brillosos negros profundos ya que mi madre era latina mi apariencia era exótica para este país y a mí me encanta serlo.
La mujer de presencia fuerte y elegancia permanente llevaba un vestido rojo y unos zapatos de tacones bien finos-sí que eran altos- ella hablo por primera vez- buenos días mis queridas y queridos, me enorgullece ver otro año a tantas niñas y niños aquí reunidos haciendo posible una tradición del cual no se arrepentirán nunca, nadie en la historia lo ha hecho- hablo detenidamente. Cosa que me dio aún más ansiedad por lo calmada que hablaba. ¿Acaso no veía que todos nos morimos de ganas de comenzar ya el día?
Quiero presentarles algunas pautas a cumplir mis queridos niños y no quiero que se alarmen ni dejen de sonreír porque esto es una experiencia única, que no todos aquí en este país ni en el mundo lo logran así que tienen que sentirse motivados y con ganas de seguir.
Nos entregó un formulario con algunas hojas adentro, eran 4 hojas en total y todas sabíamos que en esas hojas estaba escrito como eran las reglas de la competencia. Era como el libro de la vida o el libro de la muerte; matas o te dejas morir, era algo que no se podía discutir. Esas hojas eran eso. Unas hojas de lucha contante.
No leí las hojas yo quería llegar a lo que sería mi dormitorio y leerlo allá con más calma. Nos dijeron que vayamos al comedor a comer el bufete preparado para todos. Era amplio y acogedor estaba hecho de madera, pero de una madera bien refinada y costosa adornados con todo tipo de cosas brillantes y que dan vida, había algunos cuadros de personas reconocidas del país y a un lado al frente estaba el gran bufete, cojo un plato y serví pescado con ensalada verde y listo.
Me senté en el lado donde había menos personas y comencé a comer ni exquisita comida, aunque no podía negar que la comida estaba buena mejor que muchas, alguien se me sentó al lado y comenzó a hablarme.
- Si la sobrevivencia humana estaría destinada a algunas personas que claro que lo está, seria nuestra razón de vida, las personas estudian para algo, para ser algo en la vida, pero ¿Qué es "ser" algo en la vida? - hablo esa chica -he, de que hablas? - pregunte con total duda en mi cara.
- Solo dijo que las personas que pierden la razón son las que pierden el sentido a vivir- tenía una voz fuerte pero muy segura de lo que decía-
- Porque mejor no comes y me dejas comer- le dije para que hacía se callara y me dejara en paz, sabía que hacer amigas desde ahora no era la mejor Opción. Pero ella no lo entendió.
- Tu pescado se ve asqueroso y tu ensalada mareada, ¿te comerás eso?
- Si- dije sin importancia y volteé mi mirada hacia unas chicas que llegaron las llamaban las chicas de colores.
"Comentaban que cada una pertenecía a un grupo de fuerza y debilidad, un grupo donde tu color era tu fuerte, estaba Blue, red, Green y Sol parecían arcoíris caminantes, eran hermosas pero sus rostros reflejan la miseria del dinero y la miseria del poder sin fundamento".
- Claro- mi vista se fue en dirección hacia arriba y me dijo- las chicas como tú pueden sobrevivir, pero no deberías ser tan dura contigo y con los demás cariño.
- ¿Por qué hablas conmigo? - me atreví a preguntar- no somos amigas ni nos conocemos- No había dado cuenta lo que dije que mal educada fui. -Disculpa estoy muy tensa hoy.
- Como piensas que seré tu amiga si no me dejas que hable contigo- la chica de cabello azul se veía tierna y al parecer era muy amistosa pero también era muy Audaz. Audaz. Audaz. Y yo me sentí decaída.
ESTÁS LEYENDO
La protegida del Arconte
Teen FictionCuando Lía se convierte en una joven mujer. Su poder resuena en el mundo. Su poder estara destinado. Y su arconte un ser celestial enviado para cuidarla o dominar con la venganza o con la justicia?