II

4 0 0
                                    


"Tener el control sugiere una actitud de individualismo y autosuficiencia. Supone una influencia que típicamente no surge de la experiencia. La necesidad de controlarlo todo nos distancia de los demás y experimentamos una soledad estéril"

-Frase anónima

II

Una patada, dos patadas, tres, cuatro, cinco... muchas de ellas fue lo que recibí hoy, no eran gentiles ellos decían que era un entrenamiento duro y que teníamos que aprender a defendernos, pero se supone que debe enseñarnos no tirarnos un pozo profundo de golpes y humillaciones.

- Esto da asco, ¿no crees Akila?

-Asco das tú, ya te viste en el espejo Lía- mi única amiga me decía esas palabras hirientes pero la burla de ella no me podía enojar –deberías dejar que quejarte Lía así no pasaras a la siguiente etapa, y te quiero conmigo, tenemos que entrenar para volvernos expertas, especialistas en el arte de matar para el ejército.

-Si, como digas, no quiero ser una Shazzada - caminando hacia la puerta me retire de la sala. Estaba adolorida, la tristeza inunda mi pecho nadie me había golpeado de esa manera tan cruel, "la vida no perdona la debilidad", veía esa frase y se repetía en mi cabeza necesitaba descansar, esa noche ni pude cenar.

Todas despierten gritaron en todos los pasillos, la Sra. Weston entro en las habitaciones de todas a las seis de la mañana para comenzar el día otra vez con el entrenamiento, como cada día dándonos el domingo como único día de descanso y era para que vayamos a misa y a recrearnos al parque o el lago y las que quieran podían ir a ver a su familia.  Era el día número 96 desde mi entrada a este club, tenía un poco más de tres meses y ya mi cuerpo estaba todo hinchado y amoratado, suponen ellos que es por no he aprendido a defenderme como ellos quieren. Soy débil lo admito, pero alguien como yo no aguanta todo eso. Las que no podían defenderse a muerte para ganar la corona de flores que era el último elemento de la naturaleza que debíamos cargar con nosotras para poder ganar. Eran matadas en el continente.

El especialista a cargo tenía una vena en la frente se encontraba airado de que en la tierra seamos unas inútiles, eran insultos tras insulto.

-¡Lía tu elemento es el maldito control y arco, deberías manejarlo correctamente!- yo seguía poniendo flechas tras flechas matando cuervos y todo lo que se cruzaba por mi camino que llegue a pensar que los animales y muñecos caídos eran normales en la naturaleza. Mi total humanidad se había casi extinguido.

Pertenecía al grupo negro con Akila por eso nos viéramos vuelto tan amigas al pasar los meses, pero sabíamos que algún día tendríamos que separarnos.

No iba a volver a mi casa hasta no haber pasado la prueba de entrenamiento de seis meses y luego haber sobrevivido nos ponían pruebas de fuego, mentales y todo tipo de trampas, con cada nivel existía una eliminación y todavía sigo sorprendida de yo siga aquí, me despedí de mi padre hace tres meses por si acaso no lo volvía a ver. Desde la muerte de mi madre mi padre no hablaba mucho conmigo dice que le recordaba mucho el rostro de ella, pero eso no es mi culpa. Así que le deje una sencilla y simple carta en su escritorio.

Carta a mi padre

Querido padre sé que no hablas conmigo desde hace algunos años, pero los días se han vuelto más cortos y las noches más largas, todo es diferente, lo sé, tú no tienes al amor de tu vida, pero yo no tengo a mi madre, sabes que hoy es el día que entrare a entrenar como tanto lo deseas, quizás esta carta no es de despedida, porque sé que, aunque mi cuerpo deje de respirar yo seguiré viva en tu mente. Toda mi vida me ha vuelto tu equilibrio, solo quiero decirte que vivas tu vida y que dejes de controlar la mía , y que esto siempre fue lo que se quiso, te quiero mucho-.

-Hasta luego

Firma

Tu hija

Seguía escribiendo cosas ya que en mi cabeza no cabía todo, eran muchos pensamientos, muchas ideas nuevas y toda una vida por delante, pero en mi cabeza no estaba todo, yo tenía que salir a buscar mi aventura y morir por esa idea.

Soñaba con la sangre correr por mi boca rebosante de moretones. Eres una inútil, sí que no sirves para nada no duraras ni un día al lugar donde te envíen.

Todo era negro, mi visión, mi cara hinchada y mi labio partido hablaban por si solos mi cabello estaba sucio de sangre y mi ropa no quedo nada de lo que era antes. Todo eso era porque nos pusieron a pelear unas con otras chicas; chicas rudas, chicas que ya sus padres las habían entrenado porque eran militares, que desventajas yo tenía. Pero ya mi ira estaba atestada y por mi cabeza pasaron pensamientos de que cuando yo complete el control mataría a ese desgracio del especialista.

Mi inteligencia debía ser usada con rapidez ya que no tenía la fuerza necesaria pero mi cerebro sí que podía hacer el trabajo es todo lo que tiene que hacer, el cerebro humano está diseñado para sobrevivir y el hará todo lo posible para cumplir esa función.

Mi entrenamiento termino luego de meses y meses de dura práctica, golpes, patadas, humillaciones y derrotas donde se supo cómo levantarse todos los días sin quejarse de nada haciéndonos fuertes y valientes, eso termino, ahora mi cerebro tendrá que aprender a sobrevivir porque para eso fue entrenado.

-Todo termino Lía, ves amiga tu sí que te quejabas ves llorona que no te e limaron eres más inteligente de lo que piensas -Akila dio una sonrisa torcida y se dirigió a la acera de la calle- termino todo esto, lo que haremos será descansar, repasar, analizaremos y viviremos en el ejército, eso es lo que hare y tú los harás conmigo- Akila siempre tenía ese brillo en sus ojos, su valentía me asombraba y a veces hasta miedo me daba, pero aparte de mi padre ella ahora se volvió una persona especial.

-Si ya termino- camine hasta la puerta y pare un taxi para que Akila y yo nos vayamos a un hotel, para dormir y en una semana ir a nuestro lugar designado-.

-Seremos luchadoras, nos volveremos ondinas en el agua, guerreras en la tierra y si es posible águilas en el cielo, todo va a pasar Lía.

Akila era la más positiva de nosotras dos decían que éramos como el agua y el aceite de que alguna manera viéramos aprendido a convivir, solo faltaba llenar el examen eliminatorio para más adelante ir a donde la asignación que nos costaría la vida que tradición más estúpida.

- ¿A quién se le ocurrió esta inutilidad de tradición obligatoria para crear mujeres fuertes y capaces? - pensé en voz alta y Akila rio. -No es necesario tanta fuerza-

-Pues a alguien con mucho poder-

Fue una noche de copas Akila y yo nos emborrachamos hasta llegar a decir cosas delirantes y que al otro día no nos acordaremos, si lo teníamos merecido, habíamos sufrido mucho, esa borrachera las copas repletas y la música a todo volumen eran necesarios, todos en el edificio lo sabía por eso nunca nos pidieron que bajemos el volumen eso era algo que nosotras dos le agradecimos, sabíamos que ya éramos mayores de edad, pero ya nuestros padres nos trataban como adultas desde hace muchísimo tiempo aunque ellos sabían que no lo éramos la sociedad nos aprisionaba a cada niña y todos son conscientes de eso. Luego de cumplir esta edad nos hacían una ceremonia de iniciación en eso estaba comportarse como adultas responsables de sus actos, mi borrachera, mi vida.

La protegida del ArconteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora