La protegida del Arconte

IV

1583 MUERTE DE LA REINA

Mi cuerpo estaba en una habitación gigantesca, yo era un fantasma de los recuerdos, esa habitación poseía un augurio de malas vibras de que algo iba a pasar.

Esas grandes cortinas en los ventanales y tirada en una cobija en el tálamo, se encontraba una mujer con el rostro sudado y agotada, estaba dando a luz, su cabeza ya se veía, pero la mujer ya no pujaba más solamente se escuchaban sus gritos que desagarraban el alma a cualquiera cerca que pudiera escuchar, ella parecía tener el poder de todo en este momento donde el tiempo se detenía con cada pujada hasta que después de tanto trabajo nació la pequeña e indefensa niña y al final la respiración llego a sus pulmones.

Todos en la habitación estaban felices de recibir a la nueva heredera los sirvientes salieron a avisarle al rey de que había nacido ya la niña aquella reina se quedó a solas por un pequeño instante en la alcoba.

Una mujer de tez blanca como si el sol su piel nunca la había tocado;  entro rápidamente en la habitación y acercándose al cuerpo de la Reina con un rostro perverso y con una mirada de oscuridad pronuncio unas palabras -he llegado al reino luego de mi viaje por los caminos al futuro de la raza humana y me encuentro con una pequeña niña en camino, luego de tantos años mendigando amor del rey tú te haz quedado con todo, pequeña perra.

La reina en su rostro se dibujó una mirada de aparente impresión por ver aquella mujer con faltas de una buena educación dirigirse a ella, pero no tenía fuerzas para pronunciar palabra alguna. -¿Qué hacéis aquí Wes-ton? - digo la reina tumbada en el tálamo.

-Vine a cobrar cuentas pequeña Rose; tú me quitaste algo, pero yo te daré algo más que una simple bienvenida al mundo de los muertos- Weston se rio burlonamente y comenzó a caminar por la toda la habitación repasando cada rincón, cada sombra de luz que se colaba por la ventana.

-Crees que puedes venir aquí a enfrentarme con tu vestido negro y tus labios venenosos a hablarme del mundo de los muertos Weston ¡quiero que salgas de aquí! - la reina comenzó a llamar a guardias, pero su voz era tan apagada que sus llamados se quedaron en el aire.

La niña comenzó a llorar.

Y llorar sin nadie que la callara.

El tiempo se habría detenido. Y Weston co-menzó a controlar todo.

"por el poder que me concedo yo, mi dios y Cuidad Ob Baviera de todos los males te con-cedo, las almas antiguas yo traigo aquí de los protectores de la tierra yo he cuidado, tú te has despertado y con tu niña recordaras la verdad eterna, está hecha la magia el Oppidis Senator no se desacera, tu hija recordara que en la juventud eterna siempre va estar, y cuando la muerte caiga por sus propias manos mi magia ya no estará".

Y la oscuridad llego a los dos reinos y por la ventana en forma de mariposa voló Weston, la niña era la luz, pero la reina ya se ha ido al mundo de Alfeo se escucharon trompetas y una gran voz anuncio a todo el pueblo que la

"LA REINA HA MUERTO"

El rey Krimbel cogió a su hija en brazos y la nombro Lía no obstante juro vengarse cuando el tiempo sea necesario lleno de furia en sus manos debía correr sangre era su deber proteger el pueblo y él tenía conocimiento de quien lo había hecho "la vieja y afanada Weston".

Los comandantes forjaron tropas y la guerra Día de la victoria comenzó, la niña es esperada por su padre y ella con su poder tendrá la venganza que se ha elegido.

Un recuerdo vagamente llego:

Mi padre un día al mes me contaba la historia de que en la noche del 24 de junio de 1583 todo era penumbras, ya que esa noche se celebra la tradición de la gran Victoria, Donde jóvenes que llevaban al campo tenían que luchar por su vida, donde los astutos, inteligentes, sabios y atentos pasaban al segundo nivel mejor conocido como la epifanía cada nivel tenía un comandante, donde Ded Moroz era el segundo de ellos.

Esas no eran historias, era mi vida;  estamos en el año 2004 ya han pasdo 420 años.

Nunca viera visto esa mirada, la mirada más caliente, donde el sol reflejaba sus rayos y esos ojos de lucha, guerra, fuego era el miedo de aquellas personas que se encontraban ocultas, ocultando sus pensamientos, sus cuerpos, su virtud y de su dignidad no quedaba nada, el honor de su familia se estaba perdiendo, era la Era victoria, era de miedo y penumbras, la era donde el pan costaba la vida y los sueños costaban la muerte...