Diario de un Demonio

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No sería correcto intentar ser alguien que no eres, no sería correcto romper las reglas. Quizás esto no sea lo correcto, quizás me estoy aferrando a algo imposible. Quizás esto no estaría pasando si no fuera quien soy…

Verán, mi nombre es Drew Henderson, soy hija de unos ángeles caídos, mis padres me trajeron a la ciudad  ‘’Entierro’’ cuando solo tenía 3 años de edad. Convivimos con humanos normalmente y actuamos como una familia normal solo que a diferencia de otros visitamos el infierno de vez en cuando.  Mi madre, Elius, es miembro de una de las empresas más grandes del país, mientras que mi padre es ingeniero multimedia.

Soy una adolescente casi normal aunque un poco antisocial. Los demonios tenemos la capacidad de ver las cosas malas que han hecho las personas inmediatamente se nos acercan y es por eso que prefiero no tener amigos. Suelo quedarme en la estación de tren por las tardes después de la escuela, me gusta el grafiti y ver grupos de bailes callejeros. Llego en las noches a casa sin importar a qué hora y suelo ser un poco independiente… Mis padres prefieren no pensar mucho en lo que hago en mi tiempo libre.

Me levanto temprano para llegar a la escuela, soy muy lenta en esas cosas de arreglarme, amo los accesorios. Al entrar al baño escucho la voz de mi madre pidiendo que baje deprisa.
_Drew, no tardes tanto tenemos que salir ¿recuerdas?_ Me amarré el cabello, me coloqué un poco de labial y salí deprisa por las escaleras.
_ ¿Qué van a hacer hoy?_ Dije con desgana.
_Hay mucho que hacer cariño._ Mi  madre se llama ‘’Elius’’ que significa ira, ella tiene un aspecto  parecido al mío pero sus rasgos son más finos y pronunciados.
_ ¿Y papá?
_ Aquí estoy._ Dijo asomándose a la pared. Él es el ser más paciente que conozco, su nombre es Morte.
_ ¿Y qué harás tu en la  escuela hoy?_ Exclamó.
_ Sí, yo también te quiero._ La escuela no era mi lugar favorito así que evitaba cada tema sobre ella. Salí de nuestra enorme casa y me coloqué en la parada del autobús. Puse mi I-pod a sonar mientras esperaba.

Unas chicas que venían caminando se sentaron a mi lado al parecer muy tristes, las miré de reojo y busqué entre sus mentes qué había pasado…. Alguien había muerto, era su mejor amigo. Sentí un poco de pena por ellas, justo cuando comenzaba a adentrarme en sus mentes una de ellas dijo algo que me hizo volver a la realidad.
_Lindos brazaletes._ Era una voz aterciopelada, fijé la vista tan de prisa en sus caras que pareció como si estuviera enojada. Ella se encogió por mi expresión.
_Gracias, es un regalo familiar._ ¿Porqué dije eso? Bueno, de todos modos ya había actuado de forma incorrecta con ella.

Sonreí para eliminar la tención.
_ ¿Cómo te llamas?_  Dijo la otra chica bajita de pelo castaño.

Sabía que no era correcto hablar con ellas, primero porque solo podía hablar con humanos si y solo si, mi intención era hacerle algún mal  y segundo que no debía romper mis reglas sobre la distancia.
_Soy Drew, ¿y ustedes?_ Aunque por otro lado mi padre debería sentirse orgulloso puesto a que estaba socializando con alguien. Mis problemas de interacción con los demás surgieron cuando me enteré de que no era del todo normal. Fue más confuso cuando comencé a ver ....

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