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Sus manos pasaron por sus muslos con furor a la vez que soltaba un bufido y se acomodaba su cabello , se observó al espejo a la vez que con su mano pasaba la toalla entre sus cabellos, su respiración se hizo nula por unos segundos y de forma rápida e incauta tomó su móvil entre sus manos, aquella acción la había hecho reiteradas veces , tanto que no se percató cuando estuvo a punto de marcar para iniciar la llamada. Y justo era en ese momento que su arrebato de valentía se escurría con diligencia entre sus manos, volviendo esa sensación vacía que arremetía con violencia por todo su cuerpo, su garganta se secaba y un escalofrío recorría toda su espina dorsal, movió entre sus manos el móvil a la vez que carraspeaba. Quizás cambió su número.
Se restregó sus ojos a la vez que resoplaba y se relamía los labios. Era algo inverosímil de asimilar para alguien como el, no podía mantenerse apático pero tras el pasar de los años se le era incomprensible que aquel ardor en su pecho aumentara con brío en su ser, desgarrando su alma. Sin dudarlo había quedado impregnado en el de forma indeleble la imagen de la fémina de hebras castañas , era un sentimiento temerario porque sin importar que tanto hiciera o que tanto lo ignorara llegaría , se arrastraría en la fría noche y le saltaría encima , la encontraría en sus sueños, a la vuelta de la esquina cuando los rosales se impusieran en su campo de visión, la rememoraría recibiendo aquellas rosas incontables de veces, el robicundo color que se impregnaba en sus mejillas y la tierna sonrisa que se esparcía de forma lenta y tímida en su rostro. Sus orbes se iluminarían , encandilando el sector y su corazón palpitaría con ímpetu , se sentiría cálido, hasta las últimas de sus pestañas el abrazo que le brindaría por cortos segundos , y el casi inaudible Gracias que evocaría de sus rosados labios con el sutil brillo de siempre. La recordaba en las tardes frías y de lluvia , cuando llegaba a su habitación encontrándola tapada hasta la nariz envuelta en miles de sábanas , sus ojos serían lo único que captaría en la penumbra mientras castañeaba sus dientes, el olor a chocolate caliente llegaría hasta sus fosas nasales y le haría reincorporarse casi de golpe para mirarle con extrema confusión , una sutil picardía tiraría de sus mejillas en una sonrisa. Pasarían la noche en vela uno recostado al lado del otro en un reconfortante abrazo, hablando o simplemente disfrutando de su compañía.
El amargo sabor llegó hasta sus papilas gustativas y un simple o miles de dulces no lograban expeler aquello, esos cálidos recuerdos que le atormentaban día y noche , desde que se había ido, había volado miles de cientos de millas lejos del, con el corazón roto , y los ojos hinchados de tanto llorar su separación se largo... El pensaba en ella, cotidianamente, su café se enfriaba y perdía el dulce sabor que le brindaba su mundana presencia , sus días eran aburridos y predecibles , era una tortura eterna , la que le golpeaba con fuerza, y en las noches frías de diciembre le lloraba, lloraba el amor que jamás podría llegar a ser, y que no volvería , porque el mismísimo gojou satoru se encargó de que no hubiera vuelta atrás y le jodia..
