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maratón • 2/3

pov. Minho


—Hyung...—Cerré mis ojos y mis labios se separaron dejando la boca entre abierta.

Chris regalaba besos por todo mi cuello, sin pena, ni vergüenza, y por supuesto, sabiendo lo que provocando en mi.

Quiero matarlo.

—Tu piel es muy suave—Comentó en un murmuro.

No respondí, solo me limité a balbucear algo inentendible.

—¿Puedo tocarte?

—U-Ujum...—Contesté escondiéndome en su hombro con vergüenza. Y con timidez, abracé su cuello.

Cuando esos largos dedos comenzaron a trazar mi espalda con curiosidad fue cuando comencé a perder el control de mi mente.

Reaccioné con escalofríos cada vez que llegaba a mi espalda baja luego volvía a subir.
Chris fácilmente supo que era mi punto sensible.

Levantó mi blusa gris con lentitud y adentró sus traviesas manos en mi espalda.

Volvió a hacer simples toques, sus yemas comenzaron a hacer presión a la par que bajaban por toda mi columna, hasta llegar a mi espalda baja.

El maldito rió cuando me arquee  y solté un gemido tímido.

Volvió a hacerlo repetidas veces, supe que me estaba torturando. No podía dejar de dimir, y ahora, estaba removiéndome sobre él.

Me sentía abrumado, quería que tocara más, pero nunca antes me había tocado un hombre de esa forma.

—Hyung...—Mis dedos apretaron su musculosa.

—¿Si?—Clavó sus uñas en mi espalda, sin llegar a ser brusco.

El gemido que salió de mis labios le puso como loco, sacó lo peor de él.

En un abrir y cerrar de ojos, me acostó en un rápido movimiento y se subió sobre mi, evitando cualquier tipo de escape.

—¡Ah...!—Cerré mis ojos fuertemente, asustado de la repentina acción y del choque contra el colchón. Pero al sentir a Christopher separar mis piernas y colarse entre ellas, me calmé un poco, solo un poco, y abrí mis ojos para verle.

—¿Qué hace...?—Le observé entre curioso e inseguro.

—¿Puedo levantar tu remera?—Me miró a los ojos.

Lo pensé por unos segundos y asentí, dándole la libertad de hacerlo.

Pero no esperé que cuando lo hizo, no solo mirara mis abdominales, sino que tomó mis pectorales y los apretó como si fuera una mujer con grandes tetas.

Mis mejillas se encendieron fuertemente y cerré mis ojos a la par que fruncía los labios.

—Son tan firmes...—Sacudió sus manos haciendo que se movieran.—Pero siguen siendo suaves...

"Cállate o juro que voy a golpear tu hermoso rostro"

—Christopher...¿Qué haces?—Respire pesado.

Pude notar la sorpresa ante la falta de honoríficos en mi hablar. Pero lo dejó pasar.

—Tocó tus tetas ¿Qué más?—Me miró despreocupado.

Mi ceño se frunció, me sentía totalmente avergonzado.

¡Me está tratando de mujer!

Con lentitud me alejé un poco para mantener un espacio considerable.

thrill《Chanho》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora