El hombre caminaba entre la penumbra creciente, la oscuridad no tenía piedad de él ni del camino, apenas lograba ver unos pasos adelante. El viento empezó a tomar una forma y se agrupó en un sector, como creando un cubículo en torbellino, pronto y gradualmente empezó a tomar un color celeste brillante con un poco de verde mezclándose. A los ojos del caminante parecía un color etéreo como una aurora boreal. La voz que nacía de la corriente guardó silencio. Cada paso estaba más cerca de llegar a aquel lugar que le recordó a un checkpoint de los videojuegos a los que le invertía horas, en ese momento se volvió consciente de que estaba recordando partes de su vida.
"Diario: 1 de julio de 2021:
Hoy hemos avanzado en el juego, y por eso quiero decir que esta casi terminado, una semana más y estará al 100 por ciento. No puedo creer lo que hemos logrado con el equipo, han sido largos años de trabajo era una idea revolucionaria pero ahora lo vemos muy real, como el hecho de que existo. De alguna manera no me siento suficiente, y que lo que hago no es tan bueno. Ah, y en otras noticias, mi novia me dejó."
-Narra el personaje:
Estoy... empezando a recordar. ¿Un juego?, ¿ juego de mesa?, no. Videojuegos. Si las imágenes aparecen ante mí, ¿eso lo hice?, parecía tan lejano. Una simulación.... interactiva, como una realidad virtual aún más real, así que lo hice. No lo puedo creer, ¿por qué no? Y... ¿Dónde estoy además?, ¿por qué? esa es la pregunta.
Ah y recuerdo a mi novia, Eve... Evelyn?, estoy casi seguro que era Evelyn. La quería mucho. Recuerdo que... estuve muy deprimido por eso."
El hombre mientras recordaba seguía avanzando, sabía que si recalaba en sus pasos, si se volvía consciente de ello iba a caer ante el cansancio.
La aurora que gentilmente había creado el viento, se encontraba detrás de un monte de arena. La distancia se acortaba entre el hombre y su objetivo. Cuando el caminante llegaba a la cima del monte empezó a ver con claridad las luces que parecían bailar, le pareció bello, lo más bello que vio en días. De pronto escuchó como el sonido de materiales chocando, el sonido era hueco y le enervaba, no pudo decidirse a que se parecía ese sonido, buscaba en su memoria escasa, moviéndose, tal vez era la caravana con la que venía, pensaba. Pero aquel cúmulo de material se empezó a levantar y tomar forma; no eran materiales cualquiera advirtió, tampoco había caravana en la sabana, eran huesos viejos que formaban la figura de un hombre, primero formaron un cúmulo deforme para dar paso a los brazos las piernas, y un cráneo. La figura era alta, como del doble de su porte calculó, pensó en echar a correr.
-No... no te vallas, soy inofensivo - habló, sorpresiva, tímida y suavemente el hombre de huesos mientras extendía su gran brazo amistosamente.
-¿Quién...quién eres?... o ¿qué?
-Digamos que soy una creación, la muerte crea vida, cuando un organismo muera le da de comer a otros, o a la tierra para que nazca un árbol. Yo soy huesos, de gente que pereció en el desierto, sabes que han existido muchos viajeros que han perdido acá, primero dentro de su misma cabeza y después en el desierto, también este ha sido un improvisado campo de batalla, de guerras que tu nunca conocerás. Sus cuerpos los engulle la arena, y cuando se va toda la carne, quedan estas cosas que les dicen huesos. Los japoneses me dicen "Gashadokuro", que significa esqueleto hambriento, no me gusta mucho el nombre ¿sabes?, primero no tengo hambre ok, no como, ¿por que lo haría? no estoy vivo... o no totalmente, ellos pensaron que me comía a los viajeros, pero ellos clavan su propia tumba yo de alguna manera les vuelvo a dar vida, además aquí no hay japoneses. Bueno, suficiente de mí, ¿cuál es tu nombre?
El esqueleto le sonrió amablemente, amigable, el viajero seguía asustado pero más que todo extrañado.
Mi nombre es... -Juan trataba de recordar- ¡Juan!
Lo expresó con alegría al descubrir que recordaba su nombre, el esqueleto sonrió también, al ver esto el viajero retornó a la extrañeza y al miedo que le tenía.
-Muy bien Juan, no tienes de que asustarte, considerarme tu amigo, si mueres acá probablemente serás parte de mi y estaremos juntos probablemente para la eternidad - rió pero al ver al viajero seguía con la cara de extrañeza- Probablemente no fue un buen chiste, no son muy buenos, es que no tengo a quién contárselos - la tristeza pareció aparecer súbitamente en él resaltada por las luces de las auroras, pero en la oración siguiente recuperó su entusiasmo-Bueno no importa esto aquí para ayudarte amigo viajero Juan.
Desde su pecho empezó a formarse una bola de cristal reluciente que levitó hacia su mano extendida hacia el viajero.
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Sábanas de Arena
FantasyEn el cruel desierto un hombre busca poder sobrevivir y encontrar respuestas, mientras su esperanza y fortaleza se ven puestas a prueba. Se encuentra cosas sobrenaturales, que le ayudarán a dar forma a su pasado que pareció haberse erosionando como...