Verdad

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Al escuchar esas palabras, sentí una familar desesperación. Salí lo más rápido que pude de la casa y corriendo llegué a un parque. Me acomode en la aún húmeda hierba y comencé a llorar.

-No es la primera vez que pasa, ¿Verdad?

Levanté la mirada aún con lágrimas y vi a un hombre de pelo largo y negro. En sus manos tenía un gato, el mismo gato que vi en mi sueño.

-Usualmente todos actúan de la misma forma la primera vez. Algunos lo aprovechan y disfrutan su oportunidad. Otros simplemente no lo superan. No duran mucho aquí.

Lo dijo de la forma más casual posible, como si todos supieran de que estaba hablando.

-¿Quién eres? -le pregunté con curiosidad y fastidio a la vez.-y ¿De dónde sacaste ese gato?.

-Él no es más que un pequeño amigo que le gusta ayudar a las personas perdidas.-dijo él con algo de orgullo.

-Si es tan amigable, ¡¿Por qué me rasguño?!-le dije señalando la herida en mi mejilla-¡Más te vale que no tenga rabia!

-Jejeje, no te preocupes-dijo con una risa siniestra-Después de todo, no tienes nada que perder.

-¡¿A qué te refieres?!

- ¿No lo has notado? Es tan claro como el agua, despiertas en un lugar oscuro junto a un cadáver sin recuerdos de quién eres, o mejor dicho eras- dijo con una sonrisa loca y burlona. 

¿Acaso será cierto?

Toqué mi pecho y evidentemente no sentía nada, ni un leve movimiento.

Esto no puede ser, acaso estoy...

-Si querida Anna, estás muerta-dijo con una gran sonrrisa en su rostro.

Ésa persona que vi en mi sueño, esa chica... ¿era yo? ¿Ése era acaso el significado de la bufanda roja?

-Si de verdad estoy muerta entonces, ¿Qué estoy haciendo todavía aquí?

Mi voz comenzó a temblar.

-¿Acaso es un castigo por ponerle fín a mi propia vida?

El sólo se levantó y puso su mano en mi cabeza.

-Eso tendrás que descubrirlo tu misma, princesa.

Comenzó a alejarse.

- ¡Espera!- le grite- ¿Por qué sólo algunos pueden verme?

Se detuvo y me vio por detrás del hombro.

-Los humanos sólo creen en lo que ven, oyen o sienten.-dijo con aires de filósofo- tú tuviste suerte, algunos no logran nada por más que lo intentan.

-¿Qué debo hacer?

-Respira hondo y continúa-dijo antes de deshacerse en el aire.

El gato se acomoda a mi lado y comienza a ronronear.

Debo descubrir qué me paso.*Bosteso*

Pero mañana, ahora tengo sueño.

Al cabo de un rato me duermo con el gato en mis brazos.

MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora