capítulo 5

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Claro de luna
Cap 5

Tomé una decisión!, éste chico es mío, no va a salirse con la suya, soy su Alfa y de ahora en adelante yo lo entrenaré.

Jm: RM,  yo voy a entrenar al cachorro.

Rm: ¿ Seguro Jimin?- y torció su boca en una  sonrisa burlona.

Jm: Seguro- lo miré furioso- informa a los demás.

Rm: como tu digas Jimin- y se alejó sonriendo.

Cuando Jungkook llegó a la sala de entrenamiento y me vio ahí, se paró en seco.

Jk: ¿Qué haces aquí? - pregunto enojado.

Jm: De ahora en adelante yo te entrenaré.

Jk:¡No!- gritó.

Jm: ¡Si! Y si no te gusta peor para tí- le grité de vuelta.

Escuche la risa de los demás miembros que espíaban tras la puerta, tome a Jungkook del brazo y lo subí a mi espalda para luego correr a toda velocidad hacia el bosque, me detuve al llegar a un acantilado y lo bajé.

Pobre estaba algo mareado y cayó estrepitosamente al suelo, me senté a su lado sin decir nada,  tomé su mano y la llevé a mi pecho,  necesitaba que él sintiera mi corazón y percibiera el lazo indestructible que nos unía de por vida.

Sus ojos se dilataron al sentir ese latigazo en sus sentidos y cambiaron de negro a violeta, signo inequívoco  de que era consciente de este lazo, y los míos pasaron de azul a un amarillo incandescente.

Desde ese día  ya no me aleja tanto y me deja entrenarlo,  los demás nos miran y sonríen,  cosa que a cachorro le disgusta.

Su velocidad es increíble y su fuerza fabulosa,  está lleno de ganas de seguir aprendiendo, claro que como es de terco, muchas veces termina lastimado y a regañadientes me deja curarlo.

Por las noches he notado un cambio en él, cuando cree que duermo, recorre con su mano suavemente mi pecho, tengo que hacer uso de toda mi voluntad para no delatarme y que note lo que sus caricias me provocan, pero una noche se volvió más osado y en vez de pasar su mano paso su lengua, ¡ni que fuera de piedra!, sin pensarlo lo tiré lejos.

Jk: ¡Quería saber a que sabes!- grito enfadado.

Jm: ¡Joder Jungkook,  no juegues con fuego!.

Jk: ¿Jugar? ¿Puedo jugar?- y me miró descaradamente.

Jm: ¡Mierda! Duerme necesito ir al baño.

Al cerrar la puerta escuché su risa, ¡que descarado salio mi Omega! Y yo teniendo que darme ducha de agua fría en medio de la noche.

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