Touch [Jakehoon] - Re escrito

０３

❝JAKE❞

La confianza de que sería él quien buscaría hablar del tema le dio a Jake la falsa ilusión de que tenía tiempo para tomar fuerzas y elegir sus palabras. Lo pensó todo el día, pero aún no quería escucharlo. Jay estaba sentado en el sillón que sus padres les regalaron cuando se mudaron juntos y se encontraba sin fuerzas.

No tenía tiempo para sentarse a descansar, ni para comer algo después de su cansada jornada. De no haber visto como le temblaban las manos a Jay cuando se las limpió en el pantalón, quizá Jake le hubiera gritado que era injusto ignorarlo una semana para entonces no darle tiempo para analizar lo que sentía.

Lo ponía contra la espada y la pared. No tenía opciones; o soportaba su ausencia por completo y se mantenían "juntos", o lo veía y terminaban todo lo que construyeron.

Jay se levantó del sillón tras analizarlo durante unos segundos, inclinándose noventa grados frente a él.

-Perdóname, Jake. De verdad lo siento, lo siento muchísimo.

¿Se estaba disculpando por terminar con él, por lastimarlo, por no amarlo lo suficiente? Jake apretó los labios, estaba sorprendido por aquella acción. Jay era americano y él creció en Australia, aunque obligados a seguir las costumbres Coreanas, en privado eso no importaba. Su apartamento era la excepción a las reglas, y es que aunque era imposible no adquirir ciertas costumbres aquel acto no significaba nada para él. Sorprendentemente, de todos modos falló por completo en su intento por seguir reprimiendo las lágrimas, algo en esa reverencia le hacía sentir impotente. Ya había aguantado todo el día y se odió un poco por no poder resistir unas cuantas horas más. Quería parecer fuerte frente a Jay, mantener la frente en alto y despedir con tranquilidad su relación, pero lo amaba y fue incapaz de fingir que no estaba rompiéndose ante la idea de dejarlo ir.

Jake se limpió una mejilla húmeda, silenciosamente y sin decir nada durante unos segundos hasta que el nudo en la garganta fue tan doloroso que al tragar saliva un gemido adolorido se le escapó de entre los labios. Todo fue en picada desde ese momento, se dio la vuelta y los sollozos comenzaron a salir, mal disimulados porque su garganta dolía mucho cuando intentaba no soltar ningún ruido.

Patético, pensó. Una vez más, Jay no podía ni siquiera darle un abrazo para calmarlo porque si lo tocaba Jake terminaría lleno de moretones.

Presionó el dorso de sus manos contra sus ojos en un intento por calmar las lágrimas e ignorar un poco el dolor de cabeza, la venda de la mano herida se le humedece y los ojos le duelen un poco por la fuerza que aplicó. Con la vista baja se dejó caer en el sillón. Abrazó sus rodillas como consuelo y finalmente se animó a mirar a Jay.

Su novio se sentó a su lado, dejando una distancia prudente entre sus cuerpos. Jake aún lloraba y Jay no decía nada. Jake se sentía incómodo y como si el silencio tuviera que ser llenado, ya no podía darse ese lujo de la paz que su presencia le daba aunque ni una sola palabra saliera por su boca.