"Pizza Guy" | Young Stony

#2

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"Es ahora o nunca." Se dijo Steve, lleno de convicción.

Habían pasado dos meses desde que llevó por primera vez dos pizzas de pepperoni con queso extra a la casa de aquel lindo muchacho castaño.
Dos meses en los que llevó una lucha interna tratando de darse valor para decirle algo más que: "Buenas tardes, su pizza."

"¿Y qué tal si no le gustan los hombres?" Le había preguntado un día antes a Bucky, su mejor amigo.

"No es como si le fueras a pedir que tengan sexo, Steve. Solo déjale saber que estás interesado en conocerlo, tal vez te rechace, tal vez no, pero si no lo intentas jamás lo sabrás y vivirás con la duda para siempre." Le respondió éste, logrando que Steve no haya podido conciliar el sueño en toda la noche.

Era viernes, y ahora estaba seguro, ese día se sacaría la espina del pecho.

Bajó de su destartalada motocicleta, sosteniendo con manos temblorosas la caja de pizza y se acercó a la puerta. Respiró profundo antes de tocar el timbre.

La sonrisa en sus labios desapareció, cuando en lugar de ver los ojos oscuros que esperaba, fue recibido por una joven de tez pálida y cabello rojizo.

—Hola. —Saludó ella, sus ojos lo estudiaron con un rápido escaneo y una sonrisa pícara apareció en sus labios.

Steve se aguantó el impulso de entornar los ojos.

—Buenas tardes, su pizza. —dijo en automático, luchando por acallar todas las teorías que su mente creaba sobre quién podría ser esa chica.

—Oh, claro. —Ella metió la cabeza, dejando que su largo cabello lacio se balanceara —. ¡Tony, ya está aquí! —gritó, y segundos después se escuchó ruido de movimiento desde adentro.

"¿Tony? ¿Será él a quien llama? Tony... Que bonito suena."

La puerta se abrió más, mostrando la imagen del muchacho de ojos café, luciendo una camisa mal abotonada y el cabello mojado, parecía recién salido de la ducha por la humedad que reflejaba su piel.

"Entonces es Tony, él se llama Tony..."

Tal vez Steve estaba demasiado distraído repitiendo ese nombre en su cabeza, esforzándose por relacionarlo con la silueta frente a él que tantas noches se había colado en sus sueños, se veía tan adorable, y pensó que ese nombre le quedaba perfecto.
Quizás él sonrió un poco al verlo, sin prestar atención realmente. Tan ensimismado que el evidente intercambio de miradas y sutiles gestos entre Tony y la pelirroja pasó desapercibido a sus ojos.

—Yo me quedaré con esto. —Ella rompió la complicidad silenciosa del momento, tomando la caja de pizza de las manos de Steve, quien solo en ese momento pareció reaccionar.

Le dedicó otra mirada curiosa a Tony, que el rubio no supo descifrar, y dándole pequeñas palmaditas en el hombro volvió a meterse a la casa, dejándoles solos. De repente notó las mejillas rosadas del castaño, se veía avergonzado, sepa Dios porqué.

—Um... Serían trece dólares. —dijo Steve, la voz le tembló un poco, y se sintió mal porque no se atrevió a decir otra cosa.

Esa misma decepción pareció reflejarse en la mirada ajena.

—Ah, claro. —Una sonrisa pueril y débil, mientras le extendía un billete de veinte —. Ya sabes, quédate con el cambio.

—Gracias, que tenga un buen día.

Steve casi arrugó el billete en su puño, por toda la frustración contenida al no sentirse capaz de hacer algo más. Se dio la vuelta, los pies le pesaban con cada paso que daba, su mente dividida, una parte dominada por el temor al rechazo, la otra por temor al arrepentimiento inminente si es que él no se detenía a intentarlo...

N/A: Por si no lo notaron, la "pelirroja" es Pepper ✨