Ōkami llevó a su hermano lejos de ese lugar, jurandose que sería la última vez que viera a su hermano así, se dirigieron al templo del dios otoñal.
-¿Sabes que debo llamar a Bahari, cierto?
-No sé si sea lo mejor.
-Hermano, necesita sanar estás heridas, nadie mejor que el podría hacerlo.- Después de un rato de silencio Soren abrazó a su hermano, sintiendo dicha de verlo y a la vez preocupado por lo que sucedería a continuación, a fin de cuentas los chismes eran fáciles de esparcir y un rey moribundo y un dios desaparecido no era algo que pudiera ocultarse fácilmente.
Bahari llegó por cuenta propia al escuchar lo sucedido, estaba preocupado por su hermano, con cierta sensación de culpa por no haberlo ayudado antes, tan siquiera darse cuenta de la tristeza que cargaba su hermano. Al tener dones para la curación fue algo relativamente rápido que Soren volviera a verse como de costumbre, aunque era una imagen que no podría borrar de su mente.Mientras tanto Crewell intentaba negociar la paz, pero no fue posible, la guerra entre ambos reinos era inevitable
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-Hermanote, necesito una gran cantidad de alcohol, ¿podrías traer todo el vodka que encuentres, unas cerezas y a mí pareja?
-¡¿Cómo que tienes pareja?! ¿Y que es esa forma de decirlo? Merezco aunque sea una presentación formal.- Dijo el dios infernal cruzando los brazos con cierta consternación
-Aun no podía decirte, Crewell se volverá loco
-Esta bien, te entiendo, pero dime, ¿Quien es?
-Bueno, tal vez lo conoces bien, Maksim
-¿Cómo es que siempre encuentras la manera de romper tantas reglas al mismo tiempo?-Dijo Ōkami riéndose para si mismo, impresionado, imaginando el rostro de su invernal hermano cuando se enterara de tal relación sucediendo bajo sus narices.
El chico salió de la habitación para dirigirse hacía el lugar donde generalmente reposaban los elementales.
-Maksim, necesito que me acompañes un momento para algunos asuntos oficiales
-Claro señor.- El ojiazul se levantó de su asiento dejando su bebida en la barra, siguiendo apresuradamente a Ōkami, fue un trayecto silencioso hasta después de subir las escaleras, dónde ya nadie podía escucharlos.
-Escuchame chico, sé lo de mi hermanito y tú.- Su tono cambió drásticamente, llegando a un punto amenazante.
-Si, señor, así es
-No sé qué clase de relación tienen, solamente, él ya ha vivido mucho, al ser un elemental creo que lo entiendes, pero solo te pido que lo cuides lo mejor que puedas.
-Si le soy sincero señor, yo podría pasar mi vida junto a ese dios, soy alguien efímero a comparación de ustedes, pero el chico que está dentro de esa habitación es lo más importante que tengo, y no solo por ser uno de mis jefes.
-Por mi está bien.