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La habitación era gigante, incluso para los gustos tan excéntricos de Soren, siempre había flores alrededor, era un aroma que siempre lo relajaba.
Se recostó en su cama mirando el techo unos momentos, hasta que decidió tomar su teléfono y pedirle a ōkami que lo buscara ahí, él era lo que necesitaba en esos momentos.
Pasados unos minutos alguien tocó a su puerta, aunque él no respondió.

-Siempre olvido que por más que toque no abrirás- Dijo su hermano mayor al instante que se sentó al lado de Soren, acariciando su cabello con tranquilidad.
-Han pasado más de 350 años, ¿sabes? Y sigo sintiendo tanta culpa.- Ōkami se recostó al lado de su hermano, viéndose mutuamente, pasó su mano por la mejilla del pelirrosado expresando su cariño.
-Hermanito, nada de eso fue tu culpa.
-Murió mucha gente inocente, simplemente porque no me sentía cómodo al lado de alguien.
-Cariño, sabes que pasó mucho más que eso, yo no toleraba verte tan triste y sin fuerzas para levantarte, y cualquiera que cause una desdicha así a mi hermano se merece cualquier golpiza.

Hace 400 años hubo una disputa entre reinos y Miztle, el reino vecino, estaba a un paso de desatar una guerra, Alba y Null, los padres creadores intervinieron ofreciendo una alianza entre reinos en forma de una boda. Para su desgracia el elegido para tal acto fue Soren, así conoció a Viktor, la persona que más ha odiado en siglos de su existencia. Siempre procuró la paz entre ambas naciones, además de asegurar una época prospera.
Sin embargo, Viktor claramente le tenía cierto odio al dios, tal vez era envidia por su inmortalidad y poder, nadie sabía la razón exacta por la que denigraba al chico cada que tenía oportunidad. Aunque Soren intentaba ocultarlo sus hermosos ojos reflejaban un gran sufrimiento, acciones de odio contra el que nunca se atrevió a contar a sus hermanos.
Un día común, Ōkami decidió visitar a su hermano mayor, al entrar a la habitación se encontró con el chico escondido en una esquina con múltiples marcas en el rostro y cuello, en un impulso salió de la habitación buscando al causante y con la ira creciendo en su interior al encontrarlo su cuerpo reaccionó al instante dándole un puñetazo en el rostro, apesar de ser alguien tan pacífico no pudo controlarse hasta que escuchó a su hermano rogándole detenerse.
-La próxima vez que te acerques a mi hermano no saldrás vivo- Susurró al oído de Viktor, acto seguido se levantó del suelo y tomó la mano de su hermano.
-Tú vienes conmigo, quieras o no.

La gala de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora