A mitad de la fiesta por la ausencia de Madara, Hinata logró escabullirse de entre todos para ir a la torre donde supuso se encontraban los dos Uchiha que estaban a cargo en ausencia de Madara. Tocó un par de veces y entró cuando recibió el permiso para hacerlo —Hinata...—,dijo Obito levantándose de su lugar cuando la miró frente a él, por su parte Sasuke quien se encontraba mirando por la ventana, se giró y dio un par de pasos hacia ella —¿A que debemos el honor de tu visita?—
La ojiperla los miró alternadamente unos segundos mientras se prepara a para hablar —¿A dónde fue Madara?— Soltó en seco y sin titubear —¿Cuando volverá?—
El menor de los Uchiha sonrió de manera algo burlona y tomó asiento en el sofá —¿Estas preocupada Hyuga?—, ella guardó silencio y desvió su mirada hacia la ventana pero era cierto, estaba muy preocupada ya que en su interior se instaló una sensación que pudiese describir como "mala". Sasuke se acercó a la peliazul de manera lenta —Madara fue a una reunión con Gaara, además preocuparte por el es algo tonto, ¿No se supone que lo odias?—
Obito también se acercó pero el colocó su mano sobre un hombro de la joven Hyuga —El está bien, volverá cuando tenga que hacerlo—
Hinata asintió y dejó escapar un suspiro sintiéndose un poco más aliviada —Bu...bueno, tengo que irme, ¡adiós!—
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Finalmente Madara apareció luego de dos meses de ausencia. Todos en la aldea se escondían mientras lo miraban pasar por las calles. La mayoría tenía fe en que su alejamiento se debía a que "recapacito" o en el mejor de los casos... que había muerto.
Nadie se percató, pero el Uchiha que caminaba por la aldea hasta su hogar no era aquel que se fue meses atrás. Su miraba era distinta y su andar un poco más tenso y pesado. Sumergido en sus pensamientos ni siquiera miró cuando en su camino se cruzaron Naruto y sus amigos, nada tenía sentido ahora, "¿A caso me han ganado?" era uno de los tantos cuestionamientos en su cabeza.
Entró a su casa, todo estaba tal y como él día en que se marchó. Fue a su despacho donde se encontró con Obito escribiendo sobre unas hojas en su escritorio —¿Que encontraste en tu viaje?—, el mayor no respondió ante el cuestionamiento de su aliado, en cambio se dejó caer sobre la otra silla junto al escritorio, sus ojos parecían ver a un punto invisible sembrando duda en el ex compañero de Kakashi —¿Que pasa?—
—Yo... yo dejaré todo esto—, dijo con desesperanza mientras llevaba la vista a los ojos del otro Uchiha —Obito, matame—, el mencionado arqueo una ceja y se puso de pie de manera rápida —Prefiero que me mate otro Uchiha antes que ellos—
—¿De qué demonios hablas?—, en ese momento apareció Sasuke con unos papeles en la puerta.
—Creí que no volverías Madara—, dijo Sasuke recargado en el marco y con los brazos cruzados.
Madara respiró profundamente y rasco su cabeza con desespero —Perdí todo mi poder y cuando digo todo, significa que todo—, ambos Uchiha abrieron los ojos con sorpresa, pues no esperaban esas palabras del líder del mundo —Necesito que terminen conmigo antes que todos esos malditos hijos de puta—
—¿Que demonios te pasa?— insistió Obito con intriga —¿A caso tienes miedo de Naruto y los demás?—
—No es eso, simplemente ahora soy una persona común y corriente que si todos se enteran que perdí mi poder... todos me harán trizas y no me gustaría morir así—
—¿Como es que tu...—, estaba cuestionando Sasuke cuando fue interrumpido por el mayor.
—El Kazekage y el Raikage me tendieron una trampa—, Sasuke y Obito lo escuchaban con atención mientras este se recargo en el escritorio —Me doblegar on con una extraña piedra azul que no tengo una jodida idea de como lo hace pero logra anular los poderes de los Uchiha—, Madara golpeó la pared no muy fuerte pero lo suficiente para hacer eco en el despacho —Esos idiotas me incrustaron fragmentos en el corazón, el cerebro y mis venas... No se como diablos sigo con vida, pero aquí estoy y ese era su plan, hacerme débil para poder manipularme y controlarme pero no les daré el gusto, es por eso que tienen que matarme—, los dos miembros del clan estaban atónitos por lo que escucharon, ¿Que clase de piedra era esa?, ellos no tenían idea pero definitivamente no la querían conocer.
