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Hinata ya tenía una semana viviendo en el distrito Uchiha a lado de Madara, se encargaba de limpiar, cocinar y hacer algunas mejoras como en el jardín que se encargo de limpiar y plantar rosas, regaba todos los días con la esperanza de verlas brotar, además como dijo Madara desde un inicio, tenía prohibido salir a la aldea o ver a alguien sin su autorización, por eso el aburrimiento comenzaba hacerla su presa, todo se volvió rutina. Madara por fin mando por su ropa a la mansión Hyuga, por lo menos por ese lado ya estaba más tranquila, -Sasuke y Obito llegan mañana Hyuga- le dijo Madara cuando pasó junto a ella con dirección a su despacho, Hinata sintió su cuerpo tensarse pues no deseaba casarse con ningún Uchiha, sus ojos se vieron tentados a llorar pero no, el llanto lo guardaba para las noches, se había prometido no llorar más frente a Madara ni nadie, -¡Hyuga ven aquí!- ordenó Madaraalgo molesto desde su despacho, ella de inmediato atendió su llamado, -¿Porque está todo desordenado aquí?- Hinata no sabía que decir pues organizó todo el desorden que el tenía, -Escuchame, no quiero que vuelvas a meterte aquí, este es mi lugar y no sé toca- la sostuvo furioso por la muñeca mientras ella tenía una mirada sombría sobre el suelo.
-Yo... yo no lo sabía, pe... pero prometo que no volverá a pasar- El aflojó el agarre un poco y ella intentó retirarse pero el se lo impidió por unos segundos, la detuvo junto a él, -Tengo que... seguir limpiando las escaleras- finalmente la soltó y se dejo caer en la silla mientras tocaba el puente de su nariz.
-Estúpida Hyuga-
La noche pasó rápidamente, como ya era costumbre lloró en silencio hasta quedarse dormida profundamente. La mañana llegó y con ella dos Uchihas que volvían de Suna, -Que bueno que llegan, les tengo una sorpresa- les dijo Madara tomandolos por el cuello.
-¡Agh! Solo necesito un baño- Sasuke subió a su habitación, no tenía interés en la "sorpresa" de Madara.
Obito también llo dejó sólo pues de igual forma subió a su habitación, -Luego me muestras eso tan sorprendente- Madara sonreía con una malévola sonrisa, "Esto será divertido, veremos quien de los dos pelea mejor por la mocosa"
Madara subió hasta la habitación de Hinata y entró sin previo aviso, ella seguía aún dormida, se acercó y pudo notar que abrazaba una almohada pero también se percató de los pucheros que hacía, al parecer estaba soñando algo triste, -¡Hyuga!- dijo tan fuerte que pensó que la haría despertar pero ella solo se giró y se acomodó diferente, pudo ver debajo de la almohada una foto de cierto rubio sonriente, "Mmn... Luego me encargaré de ti mocoso" pensó mientras frunció el ceño, quería gritarle más fuerte pero no quería llamar la atención de los otros día Uchihas así que se inclinó un poco y comenzó a moverla por los hombros desnudos ya que su pijama era de tirantes, -¡Hyuga, despierta!- luego de unos segundos, inconscientemente lo tomó por el cuello y lo jaló hacia ella, sus rostros quedaron a unos milímetros apenas, en ese momento ella abrió los ojos.
-¡Aaahhh!- en pocos segundos Obito y Sasuke estaban en la puerta, pues de inmediato reconocieron a la dueña de ese grito, ellos miraban como Madara aún seguía inclinado sobre ella, -¿Porque está aquí?- Preguntó Hinata ya de pie sobre la cama y armada con una almohada.
