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Hinata se encontraba con su padre, le había comentado sobre la decisión de Madara con respecto a su matrimonio, Hiashi estaba furioso, decidido a ir y reclamarle pero ella se lo impidió, -¡Padre, basta!, no tiene caso ir a reclamarle y hacer esto más grande, no quiero mas problemas, no quiero ser yo la culpable de mas tragedias, me casaré con alguno de esos Uchiha y ya, estoy dispuesta a aceptarlo si ese es mi destino- Hinata se marchó, a Hiashi le dolió verla sufrir de esa manera, sentía impotencia de no poder ayudarla, pero...¿Como enfrentar a Madara?, tenía que hacer algo.
Algunos minutos más tarde Madara se presentó en la mansión Hyuga, -Hiashi, ¿A caso te estás negando?- el líder del clan estaba furioso pues Madara le pidió, más bien dicho, le ordenó manada a algunos Hyugas de la rama secundaria para convertirlos en sirvientes, ese fue el motivo de retirar el sello, que nadie más además de el tuviera control sobre los Hyuga, claramente esto se debía a que los Hyuga ahora tenían un mejor prestigio que los Uchiha y de alguna forma quería borrarlos del mapa o bien, controlarlos. -¿Hiashi?-
-No lo permitiré, lo que usted me pide es imposible, no puede hacernos esto, no tiene ningún derecho- Hiashi estaba preparado para recibir cualquier ataque del Hokage en caso de que lo hiciera, en ese momento entraron Hinata, Neji y Hanabi quienes regresaban de su entralenamiento.
-¡Padre!- Dijo Hinata de tras de Madara, este se volteó en su dirección rápidamente, Hinata lo miró con terror en su mirada, -Padre, ¿Que sucede?-
-No pasa nada, ¡salgan de aquí!- cuándo los tres jóvenes se dispusieron a salir, Madara en un movimiento rápido tomó a Hinata por el brazo, -¡Suelta a mi hija desgraciado!-
-Escucha, te propongo un trato... Si no quieres darme a los miembros de la rama secundaria para servirme, entonces solo me llevo a Hinata, de igual forma de casará con alguno de mis sobrinos, además sirve para que se vaya familiarizando con la casa y aprenda las reglas que deberá seguir, ¿Que dices?- Madara supuso que Hiashi eligiria a Hinata por sobre todos y exactamente eso pensaba hacer Hiashi, defender con su vida a su primogénita, pero la delgada voz de Hinata se hizo escuchar primero.
-Yo... Yo iré con usted, solo deje a los miembros del Clan en paz, Porfavor. Ahora todos ellos son felices sin ese maldito sello, los niños tienen una esperanza en sus vidas ya que no tienen cadenas que los aten al dolor y una vida servil, yo no me opondré, solo no les haga daño-
-Hinata, no tienes que hacerlo-
-¡Padre! , ¿a caso no ve lo grave de la situación?, este hombre no va a ceder, nos quiere hacer daño y si yo puedo evitarlo por supuesto que lo haré-
-No se diga mas, vámonos mocosa- Madara se giró para salir, esperando ser seguido por la ojiperla, pero ella no lo hizo, -¿Que pasa?-
Hinata se acercó un poco a él, -¿Ahora mismo?- el temor podía verse en sus ojos, -Yo necesito empacar algunas cosas, mi ropa y...- dejó de hablar cuando el la tomó por el brazo y la jaló con el, ignorando la voz de Hiashi exigiéndole que la soltara, pero cuando el líder del clan menos pensó ya habían desaparecido.
