Capitulo 10 "Acepta la Realidad"

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En un momento estas con tu madre compartiendo la comida del día, y al otro sientes que la oscuridad te llama y te desvaneces en ella. Como si fuera un imán y tu un pequeño pedazo de metal, atrayendo entre si para chocar y quedarse unidos hasta que otra fuerza los separe, en este caso el dolor no es la fuerza que necesita para salir del gran abismo oscuro que se sumergió. 

En momentos sus sentidos despertaban, pero jamás sus ojos. Escuchaba los sonidos de la misma maquina que medía sus pulso pero a lo lejos escuchaba perfectamente las voces de personas, estas sonaban desesperadas, angustiadas, llenas de tristeza y terror. No sabía que pasaba pero por la forma en que las voces se empezaban a alejar como si estuvieran en un pasillo, significaba que una vez más estaba en el hospital y esta vez no sabía que fue lo que paso.

Sentir que miles de agujas se clavaban en tu cuerpo, pero no sabes en que parte del cuerpo es donde te están inyectando. Samuel suponía que el avance de la enfermedad había causado eso. Una enfermedad que si es tratada a tiempo es posible que se cure, pero el no la trato a tiempo, la dejo pasar y la consecuencia de ello fue que los síntomas se desarrollaran muy rápido, ahora tiene un lapso de tiempo, no sabe si es corto o largo......pero sabe que tiene un pequeño lapso de tiempo.

Sus padres tal vez estaban destrozados, su madre debe estar hecha trizas, deshaciéndose en los brazos de su padre. Jamás quiso causar un dolor tan grande, sin embargo aquí estaba, provocando ese dolor. El vacío a su alrededor continuaba, parecía que no tenía fondo y sospechaba que jamás iba a encontrar el fondo de esa lugar tan oscuro, se sentía que volaba pero a la vez que estaba en algo cálido y reconfortante.

Desde hace un tiempo sus amigos le habían preguntando que le pasaba pero Samuel evitaba la pregunta cada que podía. En pocas palabras, con sus esquivas mentiras y la falta de respuestas Samuel creo una falsa ilusión, donde su enfermedad no lo agobiaba cada vez que regresaba de la escuela, esa realidad donde su madre siempre le mostraba una sonrisa de oreja a oreja, en la que cada día la ilusión iba tomando paso en su mente y ojos, engañándolo, haciéndole creer que todo estaba bien. 

Pero......la realidad fue que mientras fingía que nada pasaba, mataba del dolor a sus padres mostrándoles esa sonrisa falsa, esa que se levantaba cada mañana para tomar sus medicamentos y seguir con su día. La misma sonrisa también se abría paso con sus amigos, siendo amigable y compresivo, pero jamás vio las miradas preocupadas que ellos tenía cada vez que él se volteaba para preguntar o agarrar algo. 

Una ilusión perfecta para él..........pero para su familia y amigos más cercanos es como estar en una abismo del que jamás vas a salir por más que luches y mantengas la fe en alto. En este momento de reflexión supo que las cosas no pueden seguir así, por más que uno se haga las ilusiones que le quedan más tiempo de vida. Luego de tanto tiempo de estar en la oscuridad reflexionando sobre los últimos días, la luz iba tomando lugar en la oscuridad. Samuel solo vio la luz acercándose rápidamente hacia él y supo que iba a despertar.

......

Las luces, las mismas luces de un hospital. El dolor que antes no sentía ahora recorría cada centímetro de su cuerpo, haciéndole saber que había pasado por un proceso un poco doloroso ya que el dolo provenía de sus brazos. Con un fuerte suspiro que dejo escapar, procedió a observar una vez más el lugar donde estaba.

La misma bata que te ponen en el hospital pero de color azul cielo, la cinta que te identificaba como paciente del hospital, las cobijas suaves y de un  color verde pastel. A su lado, la misma máquina que medía su pulso además que en su lado izquierdo la bolsa de suero entraba por la intravenosa. El mismo cuarto que ocupo las veces anteriores, lo único diferente es que su bata en lugar de la blanca de siempre era una azul y para sus ojos es un azul muy hermoso.

EL ULTIMO SUSPIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora