EL ULTIMO SUSPIRO

Capitulo 11 "Amigos por toda la Vida"

Lágrimas bajaban por las tersas mejillas de Luzu y terminaban en la barbilla para caer al suelo. El silencio dominaba la instancia, Samuel miraba a su amigo como este contenía los gritos de frustración y dolor. En cambio Luzu vio como la persona más importante de su vida, esa que consideraba la luz en sus días más sombríos se iba apagando lentamente y nadie puede evitar la tragedia.

Sin que Samuel se lo esperaba, Luzu salto a los brazos del mencionado. Presionando su cara contra el pecho de Samuel mientras que sus lágrimas empañaban la bata de hospital de Samuel. Este al ver que su amigo se hundía en las lágrimas, sufrimiento y dolor, puso su mano en el cabello de Luzu, ese cabello castaño, tan suave y precioso. Cualquier chica envidiaría tener una cabello así pero a Samuel le encantaba acariciar el cabello de sus amigos cuando necesitan el consuelo o sentirse escuchados.

Luzu no sabía en que pensar, al principio su cabeza se lleno de miles de pensamientos negativos tanto positivos pero descubrir que una vida se va sin disfrutar la belleza de vivir.......no supo como tomar la realidad. Salió  lentamente del pequeño refugio que formo en el pecho de Samuel, para después ver esos ojos amatistas que tanto le gustaron en el primer día que los vio.

-- ¿Cómo te sientes ahora Samuel?

Samuel empezaba a sospechar que con su nueva enfermedad revelada, mamá gallina estaría más sobreprotectora con él. De hecho ahora Luzu se convertiría en su sombra en todo momento y para quitarse de las dudas de que mamá gallina estaba presente decidió tantear el terreno con pequeñas preguntas que no levantaran la curiosidad de Luzu.

-- Me siento bien ahora.

-- Samuel......no más mentiras.

Samuel vio los ojos hinchados de tanto llorar de Luzu que si corazón ya no pudo resistir una mentira más, por lo que contesto con honestidad. -- Si te soy sincero.....me siento fatal pero los dolores de cabeza han disminuido.

Por un momento una luz brillo en los ojos de Luzu, una luz de esperanza, débil pero lo suficiente para mantener esa llama viva sobre que las cosas pueden mejorar a mejor manera. Con un pequeño suspiro procedió a sentarse en la silla cercana a la cama de Samuel y con ello ver la cara del mencionado. Captando los primeros rasgos de una enfermedad que acaba con la vida, Samuel mantenía esos vivos, llenos de vida y amor pero su cara estaba pálida, ojeras se empezaron a notar debajo de esos hermosos ojos amatistas. 

Por un momento Luzu se sintió como el ser más despreciable al no notar los sutiles cambios de Samuel en su físico. En cambio el oji-amatista noto la cara angustiada de su amigo, por lo que se animo a sacarle una pequeña sonrisa.

-- Vamos Luzu......que todavía no me muero.-- Luzu no sabía si reprender a Samuel por la "sutil" broma que hizo o reírse por el mal humor que su amigo tiene.

La platica continuo lo que restaba de la tarde. El sol de un atardecer entraba por la ventana, dando un ambiente cálido y lleno, las risas fue el sonido más alegre que Azahara pudo escuchar, en todo el día. Su corazón se calentó al ver que su bebé tenía personas que lo apoyaban sin importar las situación, una amistad que se construyo por los años, llena de confianza y honestidad. Sin embargo la hora de visitas se acaba y Luzu tiene que regresar a casa.

-- Samuel, cuídate y nos vemos en la escuela.

-- Nos vemos Luzu.

Y con eso Luzu partió a su casa, con la esperanza que las cosas mejoraran, pero no siempre la esperanza esta a favor de las personas que lo necesitan y esa es una de las cosas que necesita aprender Luzu. 

En el hospital Azahara y Samuel compartían un momento de madre e hijo. Donde ambas personas buscaban apoyarse entre si y sentir ese amor mutuo que los unía como una familia, pero el sueño hacia que Samuel declinara su cabeza a un lado, Azahara se levanto donde estaba sentada y camino hasta la cama de Samuel para acomodarle la almohada y arroparlo cuando era un niño. Sentía que todavía hay un largo camino por recorrer, uno muy largo.