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- RAPHAEL -

Saborea sus labios mientras se encamina hacia el baño para lavar la mano con resto de aquel líquido blanquecino transparente que está volviendo pegajoso, a cambio de mostrarse divertido de la situación se va maldiciendo por lo sucedido, sus instintos casi fueron liberados si no fuera porque ha mantenido un control para frenar, es que esa alma cada vez lo atrae más al sentido de desearlo y querer hacerlo suyo carnalmente para que nadie pudiera tocarlo. Pero no quiere sobrepasarse con Simón, porque está prohibido, porque sigue siendo un mundano y hace muchos siglos, antes de que fuera servidor al submundo y se convirtiera en el demonio que es, también fue un mundano.

También entiende las reglas mundanas a pesar de que las generaciones se digan ir evolucionando, la manía pasa de un lado a otro, y tiene que dejar de pensar que nadie pasará por la cama de Simón mientras estén en este mundo.

"Todo sucederá si debe suceder."

Cuando termina de lavar sus manos y bajar aquello de sus pantalones que reaccionó por la acción que tuvo en la habitación, va hacia donde el personal está ubicado, al entrar los encuentra en las ventanas con sus armas de fuego mirando atentamente hacia la noche. Al supervisar que está todo bien, los manda a descansar y baja hasta por las escaleras para tirar el resto de comida, y sacar todo lo que preparo de la habitación que iba a llevar a cabo una tradición que nunca se realizará, o eso espera. Raphael está consciente que se encuentra un poco mejor de lo que estaba más temprano, donde estaba tensionado por saber que Isabelle estaba reclamando por relaciones sexuales con el joven Simón, no quería compartirlo, ahora que nada de eso será realizado, y que hizo algo inapropiado, siente que puede tener los hilos de la situación nuevamente, y con ese sentimiento bueno sale a la noche a dar un recibiendo personal a los últimos invitados indeseados que entran por el patio trasero.

— Estoy de tan buen humor, que jugaremos un juego antes de acabar con ustedes— dice Raphael antes de atacar.

Al día siguiente, Raphael está sirviendo el té a los invitados mientras mira como Simón luce serio y cansado en su lugar por haber sido interrumpido de un sueño reparador, pero al ser los Lightwood con la compañía de sus hombres no pudieron hacer más que aceptar recibir su sorpresiva visita, los dos adultos Lightwood están sentados en compañía de Isabelle, no tiene ningún rasguño o herida de ataque, pero lo que están hablando esas personas no coinciden con lo que ha observado en el análisis rápido que dio sobre el auto, lo cual hace afirmar cada vez más las suposiciones que tiene.

— Simón Lewis, consideramos que estás olvidándote de los acuerdos de compromiso que tienes con la relación que llevas con Isabelle. ¿Cómo vas a dejar que una sirvienta ataque a mi única hija? ¿Cómo eres capaz de humillar su rol como tu esposa? ¿Sabes lo que estás haciendo? Estás dejando en claro que nosotros como Lightwood no somos nada. — Dice molesto Robert.

— Con respecto al ataque, Maia no ha vuelto, no hay paradero del vehículo, y frente a mi vista esta Isabelle sin heridas— responde de manera calmada Simón— con respecto a la relación, este último año de mi aparición he estado haciendo lo suficiente para satisfacer sus deseos y llevar a cabo con lo acordado del compromiso, hasta ayer mis sirvientes prepararon todo para la tradición, pero mi trabajo no será invadido por mi esposa, y ella no le agrado entenderlo, señor Lightwood.

— Con respecto a los negocios de trabajo, como esposos deben saber todo lo que relaciona al otro, eso llevará a que una relación sea próspera.

— Siendo un Lewis, entrar a los negocios llevará a estar en peligro, como el único Lewis sobreviviente no pondré en peligro a su única hija que queda con vida— dice Simón sin levantar la voz— estoy respetando el compromiso, respeto a la familia Lightwood porque fue tan cercana a mis padres, pero no voy a permitir que Isabelle entre ni tenga compromiso a los negocios Lewis.

Raphael está parado dos pasos atrás del sillón donde Simón está sentado, mirando a los Lightwood hablar, tres personas que están dejando esparcir al ambiente la tensión a no estar a gusto por las palabras de este chico, es como si estuvieran tratando de encontrar la forma, de cualquier manera, para tener acceso a los negocios, lo cual le parece curiosa su insistencia. Pero lo que no saben los Lightwood que convencer a Simón es como tratar de hacerlo con una piedra, es imposible, cuando el joven amo dice "No" no lo hará ahora y nunca, y más cuando se empezó a dudar de la familia.

— Lo que estás haciendo es juzgarnos duque Lewis, nos estas tratando como débiles— dice Maryse entre diente— a pesar de que somos segundo en la jerarquía de los guardianes del submundo, no da el derecho de que nos metas por los ojos que por ser Lewis no confíes en tu esposa por ser inferior a ti.

— Todo lo contrario señores Lightwood, tengo mucho respeto por lo que hicieron durante mi desaparición, se mostraron dignos de proteger al submundo de la mejor manera, — remarca Simón— pero estoy vivo, el submundo me bendijo y ahora es mi turno de encargarme del asunto de mi familia, solo.

— Esto no lo dejaremos así, el día de hoy nos has humillado, el compromiso con mi hija está roto, todo es culpa tuya...

— Señores Lightwood, no...

Raphael camina sutilmente delante de esas tres personas mientras lo guía hacia la puerta de la mansión, en silencio y escuchando a los Lightwood hablando en voz alta, quejándose. Cuando las personas pasan por la puerta y salen entrando a sus vehículos, mira hacia dentro viendo a Simón venir con el bastón, suspirando, pero Raphael sabe que todo ha sido un espectáculo preparado y que posiblemente todo se deba a que "El círculo" está por atacar, pues Isabelle parece sana y sin herida, pero en el discurso de los Lightwood dijeron que fue atacada por Maia, cuando realmente la atacada fue esa sirviente, así que para el demonio está seguro que esta familia pertenece a aquel grupo, pero no sabe si Simón aún ha dado cuenta.

— Prepárate Raphael, si todo va bien tendrás mi alma más rápido de lo que imaginas. — dice Simón sonriendo.

— Estoy encantado de saber eso, joven amo.

Pero aun el demonio tiene un sentimiento no descifrable dentro de su ser, que lo mantiene inquieto mientras entra para acompañar a Simón escalera arriba hacia la oficina y encargarse de los asuntos triviales que envían en cartas, es como si nada de esto hubiese pasado, pero el sentimiento de Raphael se está esparciendo por todo su cuerpo.

Venganza ||Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora