03. Sex I

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JunMyeon acomodó el moño que llevaría ese día tan especial. El traje color blanco con pequeños detalles en dorado en los bordes lo hacían ver increíble, junto a los zapatos negros relucientes y el broche de flor que llevaba.

Se veía radiante.

Y debía estarlo en el día de su boda.

Habían pasado ya cinco años desde que él y SeHun habían empezado su relación bajo los fuegos artificiales, donde por un simple juego de opciones ambos terminaron juntos y desarrollaron poco a poco su relación hasta el punto de terminar tan enamorados que JunMyeon no pudo rechazar esa propuesta que SeHun le había hecho hace varios años atrás.

Y ahí estaban.

A punto de casarse.

El menor arregló una vez más su cabello castaño, se aseguró de verse mejor que nunca, el poco maquillaje que le había puesto BaekHyun le sentaba bien y las pequeñas perlas que llevaba en el broche brillaban tanto como él.

Todo su cuerpo temblaba de la emoción, ambos habían arreglado una boda privada, en una hermosa iglesia afueras de la ciudad, que contaba con un enorme jardín trasero donde les habían permitido hacer su fiesta. JunMyeon no podía estar más emocionado y feliz por su elección.

Unos toques en la puerta llamaron su atención, dijo un suave "pase" y sus padres entraron en la habitación donde estaban esperando antes de ir al altar.

—¿Cómo te sientes? —preguntó su madre acercándose a abrazarlo.

—Nervioso —sonrió avergonzado—, pero muy feliz.

—SeHun se ve igual —comentó su padre—. Creo que dijo algo sobre que iba a vomitar.

JunMyeon rio, imaginando su cara—. ¿Se ve bien?

—Guapísimo —habló la señora Kim—, pero no más que tú.

Los tres rieron y se dieron un enorme abrazo grupal. Era el día especial de JunMyeon y le estaban deseando toda la suerte del mundo a su pequeño bebé que iba a volar del nido. JunMyeon tomó la rosa que sería su ramo este día, no necesitaba más que eso para ir a recibir a SeHun.

—Es hora —dijo el señor Kim viendo su reloj en su muñeca—. Debo llevarte al altar.

—Me iré a sentar —susurró su madre, dejó un último beso en la frente de su hijo y se fue haciendo batir la tela de su hermoso vestido amarillo pastel. Le quedaba divino.

El señor Kim le dio un brazo a JunMyeon, quien lo tomó abrazándolo con fuerza, ambos fueron riendo y charlando, tenían la misma mala costumbre que cuando estaban nerviosos no podían dejar de hablar.

—Quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti y de la persona con la que elegiste pasar el resto de tus días —dijo el señor Kim acomodando su cabello, mirando con orgullo y cariño el rostro de su hijo que estaba a punto de ponerse a llorar de la felicidad.

—Gracias, papá —respondió, mirando hacia el sol para ver si podía secar sus ojos.

—Guarda tus lágrimas para él —masculló, escuchando la música empezar a sonar—. Ahora vamos al altar, que te vas a casar.

JunMyeon tuvo que contener su respiración cuando las puertas se abrieron y sostuvo con fuerza la hermosa rosa que había dejado SeHun la noche anterior en su cama, tenía una pequeña nota que hizo al rubio tomar toda la confianza del mundo para llevarla ese día. La música empezó a sonar, aunque él no podía escucharla con claridad, la luz lo cegó unos momentos antes de pestañear varias veces y sonreír al ver a SeHun en su ajustado traje, con el cabello negro hacia atrás y una preciosa sonrisa que hizo revolotear todo su alrededor.

Kiss, Marry, Kill | SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora