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La vida seguía su rumbo, era distinto sin él alrededor suyo...

Le dió otra calada al cigarrillo mientras veía la gente correr de un lado a otro.

Tokio, la ciudad de la noche.

Aún si ya eran pasadas las diez, mucha gente transitaba el lugar, yendo y viniendo de todas direcciones, chico, grandes, ancianos.

Tarareó unas palabrillas y volvió a su escrito, dándole vueltas a esas simples dos palabras.

— ¿Aún en problemas, Bright?– preguntó al aire, sabiendo que nadie respondería porque nadie hablaba su idioma allí.

Rió amargamente, sus ojos lentamente empañandose por el repentino recuerdo de aquél, a quien tanto amó.


De nuevo, volvía a recordar las palabras de su compañero.

¿Qué le quería decir a Gulf?

el amanecer llegará
Incluso si no puedo dormir, el amanecer llegará
Y no puedo dejar de verlo

Qué se siente bien, que de verdad está intentando con todo su corazón salir adelante, porque no lo ama y cree, firmemente, que desde el otro lado del continente, no lo piensan.

En la pared blanca de mi cuarto vació
El Sol brillará y el reloj avanzará
Desde esa estación que vino contigo
Paso a paso, soy yo quien se aleja


Sí, tal vez su vida está hecha un desastre ahora mismo, que su nuevo hogar no era más que un simple apartamento gigante y frío, sin color y a duras penas era cómodo, que se sentía sólo aveces, como esta noche, que le duele y que probablemente si le pidiese regresar, que si olvidaban todo lo que pasó, él lo haría, que le daría todo su amor y perdón.

Esta noche nos quedaremos a la deriva
Es doloroso

Y que está noche, está desvariando, que sus lágrimas se estrellan sin piedad sobre el frío papel, manchando las letras que esta escribiendo, sus labios se aprietan fuertemente porque no quiere verse más ridículo que antes.



Le quiere, lo acepta, le quiere tanto como el primer día, como cuando ambos lloraron de felicidad al tener a TopTap con ellos, le quiere mucho.

Pero no es amor, ¿No es así? No debería de sentir amor por él, no cuando el corazón del moreno latía por otra persona.

Y no puede remplazar el espacio que Mew se ganó, ¿Cómo? Joder, no lo sabe, no sabe en que momento llegó a quitarle todo lo que amaba, todo lo que era suyo.

No lo culpa, porque Gulf era un ángel en vida, tan fácil, tan bueno de amar.


Sus labios se separaron, dejó de llorar y pasó una mano por su rostro, tratando de observar las letras en el papel.

¿Era esa su conversión con Gulf? Lo era, al parecer.

No estaba terminada, no decía todo lo que su corazón quería, pero se sentía tan cansado, tan agobiado y tan dolido, que no quería recordar.

































— ¡Es un maravilloso avance, Bright!– y allí estaba, ese chico riendo.

Alzó una ceja, mirándolo sobre sus lentes — ¿Es así? Creo que me dió un ataque de inspiración anoche.–

Yoru ga akaeru ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora