‧₊◌▨ confianza

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Emilio.

Mi casa huele a salchichas.

O quizás solo es la cocina de doña Paty, todas las mañanas abre la ventana disque para sacar el aroma de su casa. Aunque toda la calle sabe que necesita elogios para sentirse bien. No la juzgo, simplemente me parece curioso como después de la muerte de don Esteban, ella necesita sentirse importante de una u otra manera.

Ellos se demostraban su amor siempre, y es aquí donde aquel chico castaño que conocí hace dos semanas en mi nueva escuela, llega nuevamente a mis pensamientos.
Ahora cada que escucho y pienso en esa palabra —Amor— él esta presente.

Nuestra investigación ha sido un poco lenta a comparación del primer día, a veces en los descansos ambos salíamos a preguntar al rededor del instituto. Aunque, nuestros compañeros eran demasiados ñoños respecto al tema, siempre era lo mismo. Y luego estaban los graciositos que hacían comentarios de muy mal gusto.

Cierro las ventanas de mi casa y bebo una taza de café. Agarro las llaves que cuelgan de la madera que se encuentra a un lado de la puerta, el recuerdo de mi abuela colgando esa cosa tan fea que trajo de un lugar que fue a visitar vuelve a mi a la vez que entro en mi auto.

Una hora conduciendo y mis nalgas ya están entumidas, no acostumbro a conducir tanto tiempo, al menos que sea un viaje familiar. Estaciono el coche y voy directo a mi salón con todas las ganas. Me sentía feliz porque hoy faltaría el mejor amigo de Joaquín; Nikolás era un buen chico, pero no se ganaba mi confianza, así que cuando estaba con ambos era más callado y no podía expresarme como usualmente lo hago.

—Buenos días. —Dice Joaquín, me regala una sonrisa y me siento a su lado.

—Buenos días. Sabes, estuve pensando, ¿Por qué no salimos a investigar hoy?

—Justo eso te iba a decir. Últimamente estamos muy lentos. ¿Tienes alguna idea? —Me sonríe mientras come unos pastelitos que de seguro horneó su nana. Joaquín siempre comía un postre antes de comenzar la clase, por eso me gustaba llegar más temprano, es un chico muy compartido. —Deja de verlos y agarra uno, ya sabes.

Asiento y tomo el delicioso bocado. No lo pienso mucho antes de darle una mordida, intento masticar lento como Joaquín lo hace, pero es imposible, esto está muy bueno. Mientras sigo saboreando aquel postre pienso en lo que Joaco me ha preguntando, necesitábamos armar un plan antes de salir a investigar.

Un aroma llega a mi; salchichas. Inmediatamente doña Paty llega a mi mente. Si alguien sabía sobre el amor, era ella.

—¡Mi vecina! —Digo sin procesar del todo mi idea. Joaquín me mira con ambas cejas alzadas y una mueca de confusión. —Doña Paty y Don Esteban son mis vecinos, bueno... El señor Esteban falleció hace un par de meses. Pero ellos se veían muy enamorados, yo creo que ella nos puede ayudar con todo esto.

Joaquín lo medita unos minutos, abre y cierra su boca intentando encontrar las palabras para seguramente negarse.

—Esta bien, vamos. —Una sonrisa victoriosa ilumina mi rostro mientras el profesor Maximiliano entra al aula para impartir su materia.

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Las clases se pasaron más rápido de lo que esperé.

Ambos nos encontrábamos en mi coche pensando en cómo le diríamos a mi vecina que nos cuente sobre aquel tema que ella conoce a la perfección.

—¿Iremos como si nada a su casa? —Veo de reojo a Joaquín sin dejar de prestar atención al camino.

¿Qué es el amor? || Emiliaco [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora