Prólogo

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No me escuchaban

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No me escuchaban.

Me estaba desangrando y no escuchaban mis gritos.

Pero no era la única. Lo comprobé al conocerlo, al ver que él también seguía el mismo patrón.

Sonríe, o te llenarán de preguntas.

Mantente firme, o podrán derrumbarte.

Sé fuerte, aunque sientas el ardor de las lágrimas.

No te encariñes, de alguna manera se alejarán.

No confíes, te fallarán.

Siempre fue así para ambos. Siempre envueltos por las tinieblas.

Y tal vez conocíamos cada paso para no sufrir a manos de los demás pero, claro, no las seguíamos todo el tiempo. Porque aquel día, en aquella colina, ambos habíamos caído de lleno en el dolor del otro. No habíamos seguido el patrón.

Éramos esto:

La chica que decía no importarle nada, pero que en el fondo sufría por todo. Y el chico amable que veía por todos, pero que sufría en silencio por él.

Ambos siempre tapando el dolor con una sonrisa. Siempre ocultando la verdad.

Así que, juntos, decidimos llegar a casa.

Juntos, decidimos reconstruirnos.

Juntos, decidimos reconstruirnos

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Fragmentos de estrellas (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora