-Capítulo 30: Hermanos-

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Un hombre corría con rapidez por los largos pasillos del palacio, esquivaba ágilmente a los sirvientes los cuales a veces le gritaban o se confundían por su actitud.

Por otro lado del hombre se disculpaba pero sin parar de correr.

Sonrió al ver su objetivo.

Paro de correr al llegar a la gran puerta y respiro agitadamente intentando recuperar sus energías.

Miro su apariencia y acomodo su traje junto a sus lentes para estar mas presentable, respiro profundo antes de tocar a la puerta.

- Su majestad disculpe molestarlo soy Zahid necesito darle una carta urgentemente- Se quedo en silencio y no escucho nada adentro de la habitación.

Preocupado volvió a tocar la puerta.

- Su majestad por favor levántense ya es medio día- Volvió a insistir sin obtener respuesta.

Suspiro para si mismo, no quería usar esa esa escusa pero al parecer era la única que asustaba al emperador.

- Bueno no lo sigo molestando después de todo puede que el archiduque se moleste por no ver su carta- Dijo alejándose de la puerta.

Escucho un fuerte estruendo a sus espaldas y se volteo para ver las puertas totalmente abiertas con un emperador demacrado. Su cabello rubio estaba alborotado, tenía grandes ojeras por la falta de descanso, aun tenía su bata puesta además de que estaba desacomodada y su gran ceño fruncido signo de molestia.

Caín camino cansado al joven hombre, miro la carta en sus manos y la tomo en silencio para volver a su habitación.

Zahid se quedo en blanco ante eso.

- Okey eso fue extraño...bueno después de todo es su majestad- Sabia que el actual emperador era un tanto extraño o mas bien todos los emperadores que han estado en el trono.

Tenían una actitud tan infantil que a los otros nobles a veces le preocupaban ese hecho aunque eso nunca afecto en el manejo del imperio.

Además de ese miedo a la familia Calixton.

Se alejo dejando de pensar en esas cosas, solo esperaba que el príncipe fuera un poco mas maduro que el actual emperador que era un tanto infantil para su edad.

Por otro lado en la habitación Caín miraba con una sonrisa y un pequeño tic en el ojo la carta.

- Jeejeje.....jejeJAJAJAJAJAJAJA- Rio con fuerza sin preocuparse que lo escucharan-¡¡AHORA LO ENTIENDO!!- Grito con una retorcida sonrisa.

Estaba así porque la noche anterior el no había podido dormir, por alguna razón sentía escalofríos o que si cerraba los ojos le cortarían la cabeza.

Así fue como el se quedo despierto toda la noche.

Ahora entendía porque no podía dormir.

- Sabia que tenia algo que ver con el archiduque...espera...hay no que dice esa carta- Tiro la carta a su cama lejos de el.

Algo debía de tener que ponía sus instintos al tope.

Siempre le hacia caso a sus instintos porque no eran como los de un ser humano normal.

En realidad eran como los de un animal, eso también fue heredado del Dios de la luz y por ello siempre anda asustado alrededor del archiduque porque cuando esta cerca de el sus instintos le dicen peligro automáticamente.

Amare a mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora